El riesgo país perforó los 800 puntos: su impacto en la economía argentina

"Aunque este nivel sigue siendo alto, es una mejora significativa en comparación con los más de 2.000 puntos que alcanzó el año pasado", dijo el economista Gustavo Wallberg.

15 Noviembre 2024

El economista Gustavo Wallberg analizó este viernes, en una entrevista con LA GACETA Central, sobre el reciente descenso del riesgo país por debajo de los 800 puntos y explicó que, aunque este indicador refleja una mejora, no implica que la situación económica de Argentina haya cambiado drásticamente. 

Wallberg señaló que el riesgo país es un "síntoma" y no una causa. En otras palabras, la reducción del riesgo país es el resultado de medidas como la disminución del déficit fiscal, lo que ha generado una mayor confianza de los inversores.

El "riesgo país" es la diferencia en las tasas de interés que debe pagar un gobierno para endeudarse en comparación con la tasa de interés de los Estados Unidos, que sirve como referencia. Según Wallberg, un riesgo país de 800 puntos significa que Argentina paga ocho puntos porcentuales más que Estados Unidos por su deuda. 

Aunque este nivel sigue siendo alto -asegura-, es una mejora significativa en comparación con los más de 2.000 puntos que alcanzó el año pasado. Esto indica que, si bien la situación económica sigue siendo compleja, el gobierno ha logrado transmitir más confianza a los mercados financieros, al no recurrir a la emisión de nueva deuda y reducir el déficit fiscal.

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Wallberg también destacó la importancia de la estabilidad económica y la necesidad de que la Argentina recupere la competitividad y la productividad. En su opinión, la inflación baja, la estabilización del tipo de cambio y el aumento en el empleo formal son señales positivas, aunque no suficientes para declarar el fin de la recesión. Además, mencionó que el ajuste fiscal, que ha sido más marcado en las provincias, está comenzando a mostrar sus efectos en el sector privado, especialmente en las pymes.

El economista advirtió que, aunque hay una mejora, la situación sigue siendo frágil y depende de la implementación de reformas estructurales, como la reducción de impuestos y una política económica coherente, para que los beneficios lleguen a toda la economía, incluyendo las pymes, que son las mayores generadoras de empleo en el país. 

En cuanto a las aperturas comerciales y el libre comercio con Estados Unidos, Wallberg expresó su apoyo, pero advirtió que las condiciones deben ser favorables para que el sector privado, especialmente las pequeñas y medianas empresas, puedan competir sin la carga de impuestos elevados.

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