Lemóniz: la central nuclear española que nunca funcionó y cuya historia sigue abierta

Sus ruinas permanecen como un vestigio histórico y un símbolo de un proyecto inacabado, mientras se debate su futuro.

Lemóniz: la central nuclear española que nunca funcionó y cuya historia sigue abierta
29 Agosto 2025

La central nuclear de Lemóniz, ubicada en Vizcaya, fue concebida como una instalación puntera en España durante el franquismo. Sin embargo, pese a la inversión de miles de millones de pesetas, nunca llegó a producir energía. Hoy sus ruinas permanecen como un vestigio histórico y un símbolo de un proyecto inacabado, mientras se debate su futuro.

Una inversión millonaria que quedó paralizada

Construida con tecnología estadounidense de Westinghouse, la central contaba con dos reactores casi listos para operar. La obra formaba parte del plan nuclear franquista, que buscaba cubrir la creciente demanda energética del país mediante nuevas centrales.

Pero la muerte de Franco en 1975 y la transición a la democracia cambiaron los planes. Surgió un movimiento antinuclear amplio, que combinaba protestas ciudadanas, activismo ecologista y oposición política en el País Vasco.

ETA y la violencia que marcó la historia de Lemóniz

El conflicto se intensificó cuando ETA inició una campaña de atentados para forzar la paralización de la central. Entre 1978 y 1982, varios trabajadores y directivos fueron asesinados, incluidos José María Ryan y Ángel Pascual, lo que terminó por detener definitivamente el proyecto.

En 1984, el gobierno de Felipe González aprobó la moratoria nuclear, cancelando Lemóniz y otras centrales proyectadas, mientras los ciudadanos asumían el costo económico a través de su factura de la luz hasta 2015.

Un lugar abandonado entre los acantilados

Hoy, la central de Lemóniz permanece cerrada y deteriorada junto al mar Cantábrico. Sus estructuras de hormigón son refugio para aves marinas y escenario para surfistas y YouTubers. Documentales, novelas y reportajes han explorado la central fantasma, que sigue siendo un símbolo de la tensión social y política de aquellos años.

Debates sobre su futuro: ¿patrimonio cultural o demolición?

Desde 2019, la propiedad de Lemóniz pertenece al Gobierno Vasco, y se han propuesto varios usos alternativos:

Convertirla en mirador turístico o espacio público.

Transformarla en piscifactoría o estacionamiento.

Rehabilitar los edificios de los reactores como patrimonio cultural.

Sin embargo, ningún plan se ha concretado, y la central sigue siendo un tabú local, con vecinos que recuerdan su pasado con dolor y cautela.

Valentín Elórtegui y la arquitecta Carmen Abad promueven la recuperación del espacio, integrando la historia y la memoria de la zona, mientras el debate sobre su uso continúa abierto.

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