“Un verano ocupado”. Ese es el pronóstico de Marcos Blanco. El DT tucumano que entrenó a la Selección Argentina Sub-19 es optimista con respecto al futuro de los jugadores que representaron al país en el Mundial que hace pocos días finalizó en San Juan. “Seguramente varios estarán con algún equipo de la Liga Argentina”, estimó Blanco. El ex jugador formado en Pellegrini, forjado como técnico en la misma institución y con paso por Monteros Voley, es parte estable de los cuerpos técnicos nacionales de base. Sabe de lo que habla. Cree que su vaticinio se cumplirá pese a que, tal como el mismo reconoció, el puesto 13° dejó un sabor agridulce. El resultado no quita que los ojos de los 12 técnicos que dirigirán equipos en la próxima Liga Argentina estén posados en los jóvenes jugadores que afrontaron un torneo de altísimo nivel. En consecuencia, el campeonato que empezará en noviembre y se extenderá hasta los primeros meses de 2024 tendrá una buena dosis de juego internacional que otorgarán los Menores que fueron dirigidos por Blanco.
- ¿Qué tan importante sería que los clubes de Liga contraten a los mundialistas?
- Con el éxodo de jugadores que se van a jugar al exterior, están sondeando a algunos jugadores de esta camada. Son muy chicos para algunas cuestiones, pero hoy el medio les permite tener un lugar en equipos de A1. Para la Selección, es buenísimo porque son siete meses en que se entrenarán todos los días, jugarán a otro nivel y ritmo. Así que el que tenga la oportunidad debe aprovecharla y disfrutarla.
- Cuando no se iguala un rendimiento (en el Mundial anterior Argentina quedó 3°), ¿qué sensaciones se generan?
- Ni en 2019 con el bronce fui el mejor, ni ahora saliendo 13°, soy el peor. Una medalla no quita las capacidades que puedan tener tanto los jugadores como el staff. No nos basamos en eso, sino en lo que dejamos. Un tie-break te deja entre los ocho primeros o en semifinales. Nos pasó en 2019, que no empezamos muy seguros en la zona de grupos, pero luego metimos un partido muy importante en octavos y otro en cuartos. En San Juan, comenzamos muy bien en la fase de grupos y contra Corea se nos escapó el tie-break. No los comparo: son distintas épocas y distintas etapas mías. Era asistente, ahora fui entrenador. En este Mundial lo que tuve que gestionar, fue salir adelante ante la derrota.
- ¿Cuál es el plan a seguir con esta Selección?
- Este grupo pasa a Sub-21 y empezará a entrenarse en abril, así que hay tiempo. Tienen que volver a casa y descansar un poco. Seguirán seguramente con otro cuerpo técnico. No nos hemos sentado a definir el futuro con la Federación. Veníamos muy contentos con la forma de trabajo. No hay nada más lindo que estar como entrenador de una Selección argentina. A veces un resultado deportivo como el de este Mundial puede opacar algunas cositas pero veremos cómo se va definiendo; tenemos la tranquilidad de haber hecho lo que estuvo a nuestro alcance.
- ¿Puede tomarse un Mundial como reflejo del voley de cada nación?
- No lo creo. Tengo el recuerdo que Polonia fue campeón en el último Mundial Sub-19, dos años después no se clasificó y ese grupo que había salido campeón en Sub-19, en Sub-21 no llegó ni a semifinales. Son momentos y camadas. Creo que el voley de un país está reflejado por la calidad de su Liga, por el biotipo de sus jugadores, por la calidad de sus entrenadores y cómo llevan los entrenamientos. En Argentina venimos trabajando con un plan de captación y están apareciendo jugadores cada vez más altos y que trabajan de una manera incansable resolviendo cualquier tipo de contingencia, aunque algunos jugadores, por lo económico, hayan optado por irse a jugar afuera. Este torneo no refleja en absoluto el voley de la nación, pero sí el trabajo de captación que venimos haciendo.
- Formaste parte de otros cuerpos técnicos nacionales previos a la medalla de bronce olímpica de los mayores en Tokio. ¿Es un hecho que repercutió como se esperaba en el voley argentino?
- Fue tremendo. Ese grupo y staff hicieron una competencia bárbara. Permitió a Argentina volver a los primeros planos, que ya venía ocupando, pero que necesitaba coronar con un resultado que mostrara la realidad, la constancia y la perseverancia. Puso al voley en la cabeza de mucha gente, porque nosotros fuimos a jugar varios amistosos en Santa Cruz ante Brasil y las canchas estaban repletas. Fuimos a jugar contra Egipto, en La Rioja, y en San Juan estaba repleto. Fue increíble lo que se vivió. Lo que sentí es que el voley está más inserto en la cabeza de todos y eso hace unos años atrás no se percibía.