Momento 1: Boca sale con precisión y velocidad desde el fondo, Cavani limpia aún más la jugada con un toque de distinción, Medina asiste y Zeballos define a toda marcha con un toque sutil. 1-0.
Momento 2: otra vez Boca acelera en la mitad de la cancha, la pelota le llega clarita a Zeballos y el santiagueño mete el centro justo por arriba del arquero Macagno. Por el segundo palo aparece Cavani -que había pivoteado a la perfección tres pases antes- y define de cabeza. 2-0.
Momento 3: corre el tiempo de descuento y hay alguna inquietud en La Bombonera porque Platense ha descontado y, por más que es un rival carente de punch, nunca se sabe qué puede pasar. Entonces Medina captura la pelota fuera del área, apunta y la clava en un ángulo. 3-1 y final.
Cada gol merecía una minicrónica porque fue lo mejor que hizo Boca. Una muestra del potencial que encierra el equipo y poco a poco va aprendiendo a liberar. Lo que no es casual es la repetición de los nombres: Zeballos, Cavani y Medina -en el orden que prefieran ubicarlos- conforman un trío que genera esperanzas en el hincha de Boca. Esperanzas plenamente justificados porque, cada uno en lo suyo, representan lo mejor del equipo.
Y si no, vale repasar el partido de Cavani. Su naturaleza de jugador ultra top se evidencia en la forma en la que camina/corre la cancha, encuentra espacios y juega de espalda al arco rival. El uruguayo siempre entrega la pelota al pie, a la velocidad ideal, en función ofensiva. Se esperaba su gol y llegó pronto, en su segundo partido con la camiseta de Boca, lo que le quita presión. Y además evidenció su temperamento en una seguidilla de roces con Suso que le valieron la amarilla. Por el torrente sanguíneo a Cavani le corre lava, la hinchada espera que sea netamente auriazul.
A Medina ya quedó dicho que el “ciclo Almirón” le vino de perlas y no sólo por la faceta goleadora. El pase-gol a Zeballos fue exquisito, explotando todo lo bueno que el santiagueño hace con la cancha de frente.
El trío Zeballos-Cavani-Medina construyó la victoria al cabo de 90’ de lo más irregulares. Los golazos de Boca fueron chispazos de emoción en una noche de claroscuros. Porque la defensa sigue sin dar garantías, aún con el atenuante de haber alineado un par de debutantes (Blondel y Saracchi). Platense descontó cuando el partido parecía definido y si no le causó más daños al anfitrión se debió a la pobreza de ideas y al escaso ímpetu que evidenció a la hora de atacar. Palermo se la pasó firmando autógrafos y camisetas, mientras sus jugadores no daban la talla.
Antes, durante y después del partido la gente se la pasó cantando por la Copa Libertadores, anhelo excluyente por estos tiempos. El debut ganador en la Copa de la Liga estuvo bien, pero lo valioso vendrá el miércoles. Y ahí hay un trío que no puede faltar.
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La “academia” arrancó ganando con gol del joven Baltasar Rodríguez, pero en el complemento un error del arquero Tagliamonte le permitió igualar a Gonzalo Morales (delantero que llegó a préstamo de Boca). Fue 1-1, al cabo de un partido entretenido, correspondiente a la zona 2. No se disputó en este grupo el partido Defensa y Justicia-Godoy Cruz (los mendocinos no pudieron volar a Buenos Aires por la tormenta del jueves). Hoy se juegan tres partidos de la zona 1: Independiente-Colón (16.30), Gimnasia-Talleres (19) y Vélez-Barracas Central (21).