Durante tres años Luis Rubiales quedó inhabilitado para ejercer cualquier actividad relacionada tanto en el ámbito nacional como internacional, al considerar que su conducta ha infringido el artículo 13 del Código Disciplinario de la FIFA tras su beso no consentido a Jenni Hermoso.
El dirigente, que dimitió el pasado 10 de septiembre tanto de su cargo federativo como del de vicepresidente de la UEFA, ya había sido suspendido provisionalmente por un periodo de tres meses por la FIFA. Veinticuatro horas después de la declaración de Rubiales en la Asamblea de la Federación, donde explicaba su versión sobre el beso a Hermoso, la FIFA pasó a la acción. El presidente de la Comisión Disciplinaria suspendió a Rubiales de toda actividad relacionada a nivel nacional e internacional por un periodo que comienza a contabilizarse desde el 26 de agosto.
El polémico episodio que protagonizaron Rubiales y Hermoso fue durante la entrega de premios tras la consagración de la selección española en el mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda. Además del beso en la boca a la jugadora arriba del podio, también fue señalado por tocarse los genitales en el palco. Cabe recordar que en un primer momento, mientras seguía ocupando el cargo de presidente, Rubiales fue suspendido provisionalmente por un periodo de 90 días. El español, al día siguiente de dicha suspensión, se negó a dimitir durante la Asamblea del organismo federativo y reiteró que el beso fue consentido, lo que fue negado por la futbolista que actualmente milita en el Pachuca mexicano.
Su postura provocó que las jugadoras españolas renunciasen en bloque a jugar en la selección “si continúan los actuales dirigentes”, así como gran parte del equipo técnico del organigrama femenino, salvo Jorge Vilda, por entonces técnico del conjunto campeón mundial, quien, no obstante, al igual que el seleccionador masculino, Luis de la Fuente, lamentó el “comportamiento impropio” del dirigente.