Con cierta frecuencia tenemos noticias de asteroides que podrían colisionar con la Tierra, pero poco se difunde sobre su origen, cómo se comportan y si pueden ser usados para algo. La realidad es que todavía falta mucho por conocer de estos objetos.

Una estrella se origina a partir de una nube de gas interestelar. Después de que se forma, se pueden formar planetas y satélites. Los asteroides, cometas y planetas enanos, como Ceres y Plutón, son restos de esa nube inicial.

En el Sistema Solar, la mayor parte de los asteroides se encuentran en el cinturón principal, que está entre Marte y Júpiter y en el cinturón de Kuiper que está en la parte exterior de nuestro sistema planetario. Los que no están en estos cinturones, deambulan por distintos lugares y algunos pasan cerca de la Tierra.

Quizás lo más estudiado es su movimiento, para determinar lo más exactamente posible su órbita y saber si existe peligro de que colisione con la Tierra, pero también para conocer sobre la dinámica del Sistema Solar. Se estudia si giran, lo que ayuda a entender su movimiento.

Es interesante conocer su composición, aunque esto es un poco más complejo. Estudiar su composición desde Tierra es complicado porque son objetos que se mueven a grandes velocidades y es difícil seguirlos con los telescopios. La otra posibilidad es enviar una nave, que lo observe desde cerca, incluso apoyarse en su superficie y recolectar muestras para traer a la Tierra, lo que es más eficiente pero tiene un costo muy alto.

Los asteroides tienen metales. Hay proyectos para tratar de aprovechar esos elementos, iniciando, probablemente, lo que sería la minería de asteroides.

El asteroide 33 Polyhymnia tiene una densidad tan alta que indicaría que está formado por elementos químicos más pesados que los conocidos. La pregunta es: ¿en los asteroides puede haber elementos químicos que no se conocen? o ¿existe un estado de la materia que hace que la misma sea más densa que en la Tierra?

Recientemente regresó a la Tierra la nave OSIRIS-REx, que trajo una cápsula con material del asteroide Bennu. La capsula fue manipulada con mucho cuidado, para preservar el material y evitar contaminación. La grata sorpresa fue que había más material que el esperado, porque en la parte exterior había polvo de Bennu. Ese material está siendo analizado. La cápsula todavía no pudo ser abierta, por lo que no se sabe que hay en su interior. Se espera que con ese material se puedan responde muchas preguntas.

Todavía falta mucho por conocer de los asteroides. Se necesitan muchas observaciones. Para estudiar su composición se necesitan telescopios grandes, pero para estudiar su movimiento puede hacerse incluso con instrumentos pequeños. Esta es un área en la que los poseedores de telescopios de cualquier tamaño pueden colaborar. El GORA (Grupo de Observadores de Rotaciones de Asteroides) integrado por observatorios y observadores de distintos países, con telescopio de todos los tamaños, es un ejemplo de trabajo observacional en equipo que está obteniendo muy buenos resultados.

Los asteroides pueden ayudar a develar misterios de los orígenes y evolución del Sistema Solar.