Argentina contará con un nuevo beato, el cardenal Eduardo Francisco Pironio (1920-1998), gracias a un milagro que fue certificado por el Dicasterio de las Causas de los Santos y aprobado por el papa Francisco, según informó ayer la oficina de prensa de la Santa Sede. Esta santificación se debe a la curación milagrosa de un bebé en coma llamado Juan Manuel Franco.

En el 2006, Juan Manuel, de tan solo 15 meses, entró en estado de coma después de aspirar purpurina. “Nos dijeron que no había esperanza”, recordó Mariano Franco, padre del niño en una entrevista para TN. En medio de la desesperación, un cura les entregó una estampa de Pironio. Mariano y su esposa Laura se aferraron a la fe y comenzaron a rezar.

Poco después, los médicos notaron una “leve mejoría”. Juan Manuel fue sacado del coma y su salud mejoró rápidamente. “El 13 de diciembre Juan Manuel ya estaba en casa como si no hubiera pasado nada”, dijo Mariano. Según la familia, los progresos en el cuadro de salud de Juan Manuel coincidieron con fechas claves en la vida de Pironio, lo que fortaleció su creencia en el milagro.

Hoy, Juan Manuel es un joven de 17 años que lleva una vida normal. Toca el violoncelo y la guitarra, está terminando el secundario y es un exitoso karateca. Además, “tras el milagro tuvo una vida normal y fue acostumbrado a participar de la Marcha de la Esperanza”, explicó su padre.

Beatificación

El proceso de beatificación de Pironio fue impulsado en 2003, cuando se cumplieron cinco años de su fallecimiento. El 11 de marzo de 2016 fue clausurada la fase diocesana de su causa. El cardenal vicario de Roma, el italiano Agostino Vallini, presidió en aquella oportunidad la sesión de cierre, en la que se comenzó a analizar la prueba recolectada.

Entre quienes aportaron su testimonio sobre la santidad de Pironio se encuentra el mismo papa Francisco, que lo conoció bien y que siendo arzobispo de Buenos Aires impulsó esta causa.

La ceremonia de beatificación se hará en Luján el sábado 16 de diciembre próximo, a las 11, y viajará, como enviado del papa Francisco, el cardenal español Fernando Vérgez Álzaga, que durante 23 años fue secretario personal de Pironio.