En el país no se sabe con seguridad cuánto capital circula en el mercado de arte. No hay datos certeros de lo que ocurre, y en las ferias como Arteba, hay que mirarle los rostros felices o tristes de los galeristas para saber si vendieron o no. Todo ello a pesar de que ciudades como Buenos Aires, Córdoba o Rosario tienen sus asociaciones de galerías.
“Lo único seguro es que de la Panamericana para aquí el consumo de arte contemporáneo es muy incipiente”, le dice a este columnista Natalia Albanese.
“Excusas y promesas para acercarse al arte contemporáneo local” se llamó la charla que brindó la docente, investigadora y gestora cultural especializada en desarrollo de proyectos e industrias culturales. En el encuentro Futura, organizado por el Centro Cultural España Buenos Aires con apoyo de la Fundación Williams en El Provincial, se presentó Enlace Visual la semana pasada, con la participación de Marisa Rossini y las galerías El Taller (Mariana Sabeh) y Fausto (Segundo Ramos).
Este año, Albanese fue la coordinadora de ArteCo (en Corrientes) una feria con identidad propia, señaló, “con vínculos en la comunidad artísticas correntina y paraguaya”. También participó en la feria de Córdoba.
- ¿Cómo observás el arte contemporáneo?
- En Buenos Aires hay una fuerte pulsión a la figuración, a lo pictórico, lo que no está en otras narrativas. Son figuras casi monstruosas, como las que hacía Marcia Schvartz; hay una necesidad de mostrar la carne y el cuerpo en la agenda porteña, pero más allá podemos visualizar diferentes narrativas. En estos procesos tenemos que tener el ojo atento a lo que hace el Estado, a sus movimientos, pero operar con nuestras obras, hacer alianzas entre nosotros; lo contemporáneo en Córdoba está marginado, por ejemplo. Necesito mostrar el valor simbólico del arte y eso formó parte de la charla.
- Hablar del mercado de arte en la Argentina no es apropiado, aquí hay mercaditos, miniservices o drugstores… las leyes generales del capitalismo ni se cumplen, ni oferta ni demanda.
- Coincido con esas condiciones de precariedad que tenemos. Más allá de las escenas con un caudal de narrativas autónomas, los procesos de circulación y de consumo son superlimitados. Pero de 2000 a esta parte hay gestos más disruptivos, a partir de procesos autogestivos y proyectos comerciales que si bien fueron intermitentes, de a poco van dando señales que no solo se puede comercializar en Buenos Aires. Estamos en un proceso de transición en generar consumos en otras escenas. Ahora las galerías se han asociado más, pero el mercado es súper opaco. La precariedad nos atraviesa a todos en distintas escalas. Estamos en generar consumo, establecer nuestras asociaciones, sentar nuestra comunidad, en formarnos para tener estrategias en esta tarea y en atender situaciones más regionales como es este encuentro. En la feria de Córdoba ya se ha conquistado un espacio y hoy hay 12 ferias en otras ciudades. No solo el Estado nos puede dar espacios, nosotros podemos buscar otros territorios.
- Lo contemporáneo entonces...
- Lo contemporáneo es la respuesta que nos permite otras narrativas posibles, ante esa fuerte pulsión a la figuración, a lo pictórico, que ya mencioné, marcada por la monstruosidad de esos 80. Pero repito, eso es en Buenos Aires, no lo detecto en otras narrativas.
Enlace visual
Una exposición
Entre otras actividades de este evento, se brindó la charla “El arte como dimensión de valor empresario” a cargo de Mariano J. Fernández. En el Nivel 2 (avenida Roca 650, 1° piso en el predio gastronómico El Provincial) también se realizó una exposición en la que participaron artistas como Lulú Lobo, Gustavo Escalante Alejandra Mizrahi, Agustín González Goytía y Ludmila Ríos Guillén, entre otros, con la curaduría de Marisa Rossini. Enlace Visual es un puente entre dos sectores de gran importancia en el entramado social y cultural, que muchas veces no encuentran puntos de tangencia para generar sinergias: empresas y artistas, se indica.