“Lamentablemente las garitas no resolvieron nada, esto es zona liberada; cuando hirieron al chofer sus compañeros fueron corriendo a pedir ayuda a la casilla que está dos cuadras más adelante, pero había un solo policía y no podía dejar la posición”, explicó Belén Torres, una panadera de avenida América al 2.200 que lamentó el asalto y las lesiones que sufrió el colectivero Guillermo Abregú (42 años) el domingo. “El agente colaboró pidiendo refuerzos porque no podía dejar desprotegido su sector”, complementó la comerciante. La Policía detuvo ayer a dos sospechosos por el hecho.
El domingo a las 9 Abregú conducía una unidad de la Línea 19. El chofer se detuvo en la esquina de avenida América y Manuel Estrada, donde la empresa tiene un descanso para los empleados y donde limpian las unidades. En ese momento, y aprovechando que el colectivo no traía pasajeros, tres jóvenes a bordo de un carro tirado por caballos se detuvieron y bajaron a asaltar a Abregú. La víctima intentó resistirse al robo y los agresores le dispararon en la rodilla y le hicieron un corte en el abdomen. El conductor del ómnibus fue hospitalizado y ya estaría fuera de peligro aunque debe continuar con curaciones.
Tras el hecho, la división Delitos contra las Personas, al mando de los comisarios Juana Estequiño y Miguel Carabajal, comenzó una investigación que los condujo hasta la esquina de Necochea y pasaje Rapelli, al norte de la capital. Allí realizaron un allanamiento en el cual detuvieron a dos jóvenes, incautaron las prendas de vestir que los sospechosos habrían usado el día del hecho y el arma que habrían utilizado para herir al chofer.
Vulnerables
“Antes nos atacaban por la recaudación y ahora por daño, nada más. ¿Qué nos pueden sacar? Miren a este muchacho cómo lo balearon y no le sacaron nada. Miren el daño que le hicieron, tiene una bala en la rodilla, no puede manejar”, señaló Javier Gervasi, chofer y compañero de Abregú.
El conductor explicó que en su trabajo conviven con el temor a lo peor: “salimos a laburar y no sabemos si volvemos”. Además recordó otros casos de ataques a choferes e indicó que ocurren en varios barrios. “Sufrí un asalto hace un año, en el otro extremo de la ciudad: Juan B. Justo e Isabel La Católica. Me sacaron el teléfono; a cuatro pasajeros les hicieron lo mismo y también le robaron la cartera a una chica. Las últimas paradas, las más lejanas al centro, son las peores, de hecho a esta que menciono la terminaron sacando porque todas las semanas asaltaban a los pasajeros”, relató el colectivero.
Inseguridad
“Pusieron la garita a unas cuadras, pero un solo efectivo no puede hacer nada. Lamentablemente los móviles no pasan mucho”, continuó Gervasi, haciendo referencia a la avenida América que es la zona comercial y más circulada de los barrios Feput, América, Kennedy, Modelo y O’ Connor, entre otros. “Los ladrones no tienen vergüenza de nada, se bajaron en medio de la lluvia a robarle a mi compañero y hacer disparos”, añadió.
El veterinario Pedro Giudice indicó que los asaltos son frecuentes y recordó el caso de la tragedia en la que murió Lucas Delgado, un estudiante que fue alcanzado por una bala policial mientras hacía ejercicio por la avenida. Ese día el efectivo Facundo Edgardo Lencina abrió fuego contra dos jóvenes que acababan de asaltarlo: con la balacera mató a los ladrones y al deportista que circunstancialmente pasaba por ahí. “Tenemos un grupo de seguridad con los vecinos, pagamos un guardia entre todos porque si no de noche te roban ruedas de los autos, o trepan las tapias y se llevan lo que esté al alcance”, explicó el veterinario, que atiende hace 10 años en América y pasaje Médicos y cuenta que va sufriendo tres asaltos.
“A las 18 ya tenemos que cerrar la reja de la panadería y atender así la gente por temor”, dijo Torres.
“Siempre hay inseguridad, más allá de las garitas creo que falta capacitación, porque por más que haya policías en las esquinas acá puede entrar cualquiera con un arma y hacerte daño sin que se den cuenta; falla la prevención”, explicó Graciela Viviana Gramajo. La vecina se conmovió recordando el caso del crimen de Abigail Riquel y planteó: “espero que algo cambie; aún me acuerdo de esa nena a la que mataron y dejaron en un baldío. Al día de hoy sigue estando ese descampado y sigue siendo un peligro”, concluyó.