TESTIMONIO
LA SOCIEDAD DE LA NIEVE
PABLO VIERCI
(Sudamericana - Buenos Aires)
“Dios los perdone”, tituló un diario sensacionalista chileno tres días después del rescate. El estigma del canibalismo era el primer gran obstáculo impuesto por la civilización que había dado por muertos a quienes habían logrado forjar una comunidad a 4.000 metros de altura. La sociedad de la nieve reúne los testimonios de todos los sobrevivientes; a través de 16 voces reconstruye la epopeya de los Andes y las décadas que conformaron el epílogo de esa historia.
La de los Andes es una de las historias contemporáneas más arraigadas en el imaginario popular porque nos podemos identificar con sus protagonistas, podemos encontrarlos en una calle. Su hazaña es una variante potenciada de la del náufrago Robinson Crusoe; en lugar de sobrevivir en una isla, los jóvenes uruguayos lo hicieron donde la vida no es posible. La suya fue una guerra contra la muerte, contra la naturaleza y, particularmente, contra el egoísmo que habita en toda alma humana.
"Cuando todo está perdido, ¿aparece lo mejor o lo peor del ser humano?"Es una historia mil veces contada pero que recicla su interés con ángulos originales para enfocarla y lecciones renovadas que nos brindan perspectivas para sopesar los problemas y desafíos de nuestra vida.
Renueva el debate de Rousseau, quien creía que el hombre en su estado de naturaleza era bueno y que era la sociedad la que lo corrompía, contra Hobbes, que pensaba que la sociedad controlaba los terribles instintos humanos.
Los sobrevivientes de los Andes, forzados a una convivencia en una situación extrema y con escasísimos recursos, nos devolvieron la fe en Rousseau en el mismo siglo que fue marcado por Auschwitz, por el Gulag soviético y por la codicia desmesurada.
Pero la historia de los muchachos de los Andes no se limita a rescatar nuestra esperanza en el género humano. Va más allá. La tragedia de Sísifo, condenado a un esfuerzo inútil por los dioses, se reciclaba en los Andes cuando un alud o una excursión fallida socavaban el trabajo y el optimismo, y obligaban a empezar de cero, o más atrás todavía. Entendieron que la vida es un avión que se puede caer sucesivamente, que siempre se puede estar peor y que, por lo tanto, hay que aprovechar cada minuto del viaje.
En un libro que se llama, casualmente, El mito de Sísifo, Albert Camus afirma que el suicidio es la pregunta filosófica fundamental porque implica responder si la vida tiene o no sentido. Los sobrevivientes de los Andes respondieron, y siguen respondiendo, que la vida vale la pena. Cualquier pena.
© LA GACETA - Daniel Dessein