El arte salva. ¿El arte salva? La frase, sin los signos de interrogación, circula por ahí. No es por ser vagos o imprecisos, pero sin autor definido, sin un origen claro y sin intenciones de caer en un lugar forzado o hasta común, eso es a lo máximo a lo que puede aspirar la frase: circular. Con mayor o menos frecuencia, según corresponda, la frase circula y el arte salva cuando puede. Cuando no puede, hay que buscar otras formas de rescate. En Tucumán, si es que pudiera servir como un balance del año que nos abandonó hace algunas horas, podemos decir que algunos se apropiaron de la cita. Ya sea para consumirlo o para producirlo, el arte -más precisamente el teatro- parece haber salvado a muchos de la desesperanza en el 2023.
Si el arte salva efectivamente es porque existe una necesidad, una emergencia, un faltante. Los síntomas condicen con la crisis de nuestro país desde hace rato, pero todos recrudecidos en el 2023. Argentina atraviesa una realidad económica y social compleja. La inflación escaló alto y para muchos es difícil acceder hasta a los alimentos de básica necesidad. Además, los números de la pobreza incrementaron varios puntos. Con ese panorama, durante el 2023 año, los motivos para sonreír no sobraron. En ese contexto, no parece casualidad que la escena teatral de la provincia haya sido dominada en buena parte por comedias. Quizás haya que preguntarse aquí entonces si es que la risa salva, pero si tratáramos de responder a esto también, puede que la cadena de interrogantes no termine más.
Si bien no existe una estadística oficial exacta, la cantidad de obras de teatro de humor o al menos con notas de ello fue importante y superior a la de años anteriores.
Fue un año atípico para el teatro tucumano con la presencia ininterrumpida en cartelera de un éxito rotundo como “El loco y la camisa”. Hace pocos días se estrenó un documental sobre la obra dirigida por Viviana Perea e inspirada en el libro de Nelson Valente y eso ya debería bastar para explicar lo bien que le fue. Si así no fuese, los más de 25.000 espectadores que la vieron son otra prueba de ello.
Se trata principalmente de un drama, pero con el humor como recurso firme y constante para enviar su mensaje. Porque ese humor con el que decenas de obras subieron a escena como su género principal durante el año pasado y que coincidió con un momento nada feliz para nuestro país.
La Fiesta Provincial del Teatro de Tucumán en 2023, por ejemplo, tuvo entre sus seleccionadas a varias comedias o incluso -como “El loco…”- a dramas u otros géneros, que incorporaron al humor. “La nave de las locas”, una de las ganadoras, se presentó en lenguaje payasesco y pese a que el objetivo de sus protagonistas era serio (recuperar las Islas Malvinas), todo se hacía con humor. “Un ensayo sobre la Negra y el Negro”, la otra ganadora, se apoya también en sólidos momentos de humor, pese a no ser una comedia en sí.
Los primeros tres ejemplos son buenos para describir lo que puede estar sucediendo. Una obra de payasas con las Islas Malvinas de fondo, y dos dramas con el humor también como protagonista avisan: el humor puede estar aún en los lugares más inesperados. Debe estarlo al parecer, si es que queremos salvarnos.
Juan Tríbulo, el actor emblema entrerriano adoptado por Tucumán hace casi 40 años, dijo: “El teatro es una experiencia de comunicación con otros seres humanos, donde intentamos establecer un vínculo, transmitiendo ideas, emociones, sensaciones que hacen a la vida del hombre, como una de sus necesidades primordiales y tratar de desentrañar qué es ser humano, con todos los defectos y virtudes que podemos mostrar desde un escenario”. Y si podemos vincularnos entre espectadores y actores o directores, bien podemos salvarnos.
Siguiendo con la lista de obras de la Fiesta Provincial, “Glam! Nada que pensar” tenía monólogos y sketches humorísticos. El “Concierto escénico” también sucedía en clave de humor y clowns. Josefina Ocaranza, directora de “Fran, Flor y el león, un sueño entre dos sueños”, la define como una divertida obra de teatro para niños. “Clownstelaciones”, también es de payasos y “Lapsos, hip hip Hurra”, es otra de las seleccionadas que apela al humor.
El espectáculo de Miguel Martín, el Oficial Gordillo fue, como viene sucediendo, de lo más visto. La propuesta, pese a que -en términos de género- es la misma de años anteriores, se acopla a varias otras más en escena. El grupo de improvisación 4 quesos, “Cada maestrito con su librito”, QV4, “Perdón, tengo las bolas llenas”, “El show de Carmen: una madre argentina”, “Cuestionario Proust comedia basada en un juego de salón”, son solo algunas de las que estuvieron en cartelera.
A esto hay que sumarle dos grupos grandes. Primero, el de las obras que llegaron de Buenos Aires sobre la misma temática. La demanda, en principio, es la misma: el humor como salvavidas. El otro grupo, que se terminará mezclando con el anterior, es el resurgimiento de los shows de Stand Up. Son muchas las academias y escuelas de este género que subieron a escena con propuestas colectivas e individuales: Juliana González, Mario C, Stand Up Comedy, “Club de ComeRdia”, Mujeres al Poder 8, Gustavo Delgado, Alberto Fortini, Ana Hynes, son algunos de ellos. De la escena nacional llegaron: Ezequiel Campa, Dalia Guttman, Nachito Saralegui, entre varios otros.
No podemos certificar que el arte salve, pero da la sensación que algo de eso se intentó en las salas del teatro tucumano y con la comedia como el principal objeto de rescate.