La nueva ministra de Educación de Francia, Amélie Oudéa-Castéra, enfrentó ayer pedidos de dimisión por “mentir”, tras asegurar que cambió a su hijo mayor de una escuela pública a una privada por el número de horas sin profesor reemplazante. La polémica comenzó el viernes cuando, horas después de asumir el cargo, la ex tenista justificó ante la prensa la elección de la escuela privada de sus hijos por su “frustración” ante “los montones de horas” sin profesor reemplazante en la pública.
“Mi hijo mayor, Vincent, empezó, como su mamá, en la escuela pública”, dijo Oudéa-Castéra, quien agregó que ella y su marido “hartos, como miles de familias”, decidieron entonces “buscar una solución diferente”. La funcionaria justificó la elección del elitista centro educativo privado católico Stanislas -acusado en 2022 de derivas homófobas y sexistas-, porque se situaba en el mismo barrio del centro de París donde vivían. Sin embargo, el diario Libération reveló que su hijo mayor sólo pasó un semestre en la escuela pública infantil Littré y que sus padres lo cambiaron a Stanislas porque el primer centro habría rechazado adelantarlo un curso, y no por problemas de ausencia.
“No quiero entrar más en el terreno de la vida personal y privada. Ha habido ataques a los que he intentado responder con la mayor sinceridad posible. Debemos cerrar este capítulo de ataques personales”, aseguró la ministra. La también titular de Juventud, Deportes y Juegos Olímpicos enfrenta una oleada de criticas tanto del profesorado como de partidos de oposición, en la primera crisis que enfrenta el gobierno del flamante primer ministro, Gabriel Attal.
Los sindicatos educativos llamaron a la huelga el 25 de enero y el 1 de febrero. “Todos los profesores se sintieron humillados”, dijo Sophie Vénétitay, de la central Snes-FSU, tras reunirse con Oudéa-Castéra, a quien pidió “disculpas públicas”.
Preguntada por las críticas, la vocera del gobierno, Prisca Thévenot, echó balones fueras en la radio France Inter: “Yo no sé si ha mentido, simplemente digo que ella explicó por qué su hijo iba a un colegio privado”. “Yo, creo en la escuela pública y creo que todos tenemos que tener una gran ambición por ella”, reiteró Oudéa-Castéra, en un intento de desinflar la polémica. (AFP)