El dictamen de comisión firmado por el diputado nacional por Tucumán Agustín Fernández, y la posterior “independencia” del novel bloque de la coalición UxP, allanó el camino para que el proyecto de la Ley Ómnibus promovido por el Gobierno nacional pueda ser tratado en la Cámara Baja. La maquinación impactó políticamente en el orden nacional debilitando al bloque opositor, por restarle solidez al propósito de frenar la amenaza que conlleva un proyecto auténticamente liberal de sometimiento al pueblo y entrega del patrimonio nacional. En el ámbito local la rúbrica del documento trastocó la gestión de gobierno, por cuanto la Nación limitó el endeudamiento con bancos privados para pagar sueldos, paralizó la obra pública con la cesantía de más de 10.000 trabajadores de la construcción, puso en riesgo a las industrias tucumanas, puso en peligro al sector pasivo etc., y en simultáneo reactivó la interna en el PJ vernáculo. La maniobra de los tres responsables de la traición fue utilizada por el “heredero”, de Fuerza Republicana, para darle al gobernador Jaldo la bienvenida política”… a las Fuerzas del Cielo…” (LA GACETA, 26/01). Presto, un ministro del staff gubernamental, que fue el portador “… de la ficha de afiliación …” ante el Presidente de la Cámara Baja (LA GACETA, 26/01/23) procurando de revertir la “no tan inusual” acogida del “heredero” del más grande genocida de la historia argentina, interpeló al confundido “sucesor”, recurriendo a frases del diccionario peronista, como “…independencia económica, justicia social y soberanía política…”, cuidándose de no mencionar la “militancia y la lealtad”, esta última devaluada por la infidelidad de los diputados nacionales por Tucumán. Señor Director, los difíciles momentos que vive el país requieren veracidad en la información, imparcialidad y consideración a las opiniones de los lectores del prestigioso medio periodístico que Ud. dirige.
José Emilio Gómez
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