Desde hace pocos años, los robos de arte y la comercialización de pinturas que fueron cambiadas a pocos pesos por la libertad durante la Guerra Mundial, han llegado a las grandes salas, pero principalmente a streaming.
“Lift: un robo de primera clase”, estrenada en la plataforma Netflix, recuerda otros títulos como “El caso Thomas Crown” o “La emboscada”. En tiempos de criptomonedas, leasing, digitalización y, en definitiva, liquidación de la propiedad, lo tangible y lo físico, el último movimiento del capitalismo actual es robar una persona.
El ladrón de arte interpretado por Kevin Hart y su banda, de la que forma parte la española Úrsula Corberó, comienzan la película de F. Gary Gray sustrayendo de una subasta a una persona, un artista de NFT (Non Fungible Token), porque ahora la obra de arte es el propio sujeto.
En el medio impresionan los impactantes paisajes de la ciudad italiana de Venecia, y la excusa de una exclusiva subasta de arte de un NFT. La película resulta tan obvia como entretenida, según la opinión de algunos críticos.