Empinada en una altísima columna, la estatua del almirante Horatio Nelson domina el paisaje en la plaza Trafalgar, uno los puntos emblemáticos de Londres. En ese paseo, recorrido a diario por miles de ingleses e infinidad de turistas, aspira Gabriel Chaile a emplazar una de sus creaciones. “Hornero” se titula la pieza del artista tucumano, preseleccionada junto a otra seis para ser instalada en el “cuarto pedestal” de la plaza, el único espacio sin monumentos permanentes. El voto del público será el que elija a los dos ganadores.
Chaile viene brindando numerosas entrevistas a la prensa internacional desde que la londinense National Gallery anunció a los finalistas de su prestigioso concurso. Le tocó explicar entonces por qué decidió replicar con barro -su material preferido- al nido que construyen los horneros, cuyo hábitat es característico en el Cono Sur. La obra incluye la cámara interior del nido, que los horneros moldean con paciencia y precisión.
Con el tucumano compiten Chila Kumari Singh Burman, Ruth Ewan, Thomas Price (los tres son británicos), Veronica Ryan (de Antillas); Tschabalala Self (de Estados Unidos) y Andra Ursuta (de Rumania). Dos de las obras serán las ganadoras y optarán a ser montadas en la plaza en 2026 o 2028, por un lapso de dos años. La votación se cierra el 12 de marzo. En 2024 la renovación del espacio se producirá en septiembre con una escultura de la mexicana Teresa Margolles llamada “Improntas”.
Chaile está radicado en Europa y desde ahí se mueve en forma permanente. Actualmente puede verse en el parque High Line de Manhattan su obra “El viento sopla donde quiere” -concebida en adobe-, mientras que el año pasado había montado en Londres una instalación junto a la pintora Laura Ojeda Bär. Fue allí, principalmente, donde llamó la atención de la National Gallery y por eso lo invitaron a participar en un concurso al que acuden -según definen los organizadores- algunos de los artistas más interesantes del mundo.
Al anunciarse la preselección Chaile mostró una maqueta de su obra, hecha de barro y sostenida por un pedestal, a la manera en que los horneros calzan sus nidos en los árboles. La cuestión, tratándose de una plaza y durante dos años -más allá de que los nidos de los horneros resisten la lluvia-, es qué material emplearía para la pieza definitiva. De acuerdo con lo que charló con el diario La Nación, está pensando en emplear aluminio o cerámica.