Ante la inminente concesión del servicio de recolección y limpieza de la capital, es importante realizar una serie de consideraciones que seguramente serán aportes para mejorar la situación de un servicio vital en la salud ambiental de los tucumanos. En referencias periodísticas, los funcionarios anteriores y actuales se lamentan de la cantidad de basurales que pululan por toda la ciudad que, si mal no recuerdo, fue calificada como una de las que menos limpieza tiene. ¿Cómo, teniendo un servicio de limpieza -para nada económico- nos encontremos con basura por todos lados? Eso motiva que el municipio, con sus propios camiones y personal debe recurrir a levantar estos basurales, situación indebida, ya que la prestataria tiene esa potestad. En el vigente contrato existen anomalías, tales como que los inspectores municipales, ante faltas del servicio, deben notificar al concesionario para que este las solucione en un plazo de 24 horas, situación que debería ser revisada porque en el actual estado sanitario de la ciudad es demasiado tiempo, además de que si la anormalidad no fue detectada seguiría el problema sin solución. Sugiero una línea abierta para que todo ciudadano pueda actuar como inspector, comunicándose con la concesionaria, la que a través de un número de trámite le reciba la denuncia y obre en efecto. Un tema aparte es el uso de los containers dentro de las cuatro avenidas, que problematizan el tránsito, no están limpios y son usados para el cirujeo, dando una imagen decadente de la capital. Por otra parte, por su alta peligrosidad en el manejo, los residuos sanitarios son un tema preocupante; son retirados en pleno centro en horas pico; no son la cantidad generada real la que se entrega al recolector; no todos los generadores de este tipo de residuos los depositan para su recolección, etcétera. Es un tema muy importante y serio el que se va a definir con la nueva concesión; de ello dependerá la calidad ambiental que nos merecemos.
Ricardo Robles
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