Realmente me apena demasiado cuando uno se entera de que alguien falleció por dengue. ¿Quién podía creer hace algunos años que esto tendría hoy el desenlace fatal que tiene? ¿Quién podía creer hace un tiempo que un mosquito se llevaría la vida de un familiar, de un conocido, de una persona cualquiera? En plena Covid-19, el dengue se presentó más fuerte en algunas provincias pero fue ignorado por la atención del virus mundial y la pandemia; lo ignoramos tanto que hoy nos sorprende y nos preocupa qué tan cerca nos pasa todos los días. La sociedad deberá prepararse; a corto plazo no hay solución definitiva que termine con el dengue, una vacuna costosa que alivia la sintomatología en prueba, la fumigación que no erradica de manera terminal al vector y los escasos e incomprables repelentes. Solo nos queda una solución y es la concientización cultural que padecemos; si fuésemos limpios y ordenados no tendríamos dengue; hablo desde la ciudadanía hasta los estados, hablo de todos y me incluyo; sin basurales, con obras de infraestructura cuidadas y controladas, con limpiezas concientizadas no habría víctimas de este maldito virus. Parece fácil decirlo pero ponerlo en práctica es lo más difícil; seguramente por más vida valdrá la pena intentarlo.
Williams Fanlo
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