Se nos fue un amigo, Aldo del Río; un personaje que dejó sus huellas como músico, animador y cantante a través del tiempo. Su caballito de batalla fue el ex Casino de Tucumán, donde trabajó como showman; últimamente, se presentaba en un bar de avenida Mitre y Santiago. Era una excelente persona, muy querido y apreciado en el ambiente popular; el humor lo llevaba encima; siempre tenía un chiste por contar. Realmente causó mucho dolor y tuvo fuerte repercusión su partida física.

Daniel Francisco Leccese

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