Pronto llegarán, impresos en China, nuestros nuevos billetes de $10.000. Debo decir que la composición fotográfica para unir -muy pegaditos, “como novios”- las efigies del Gral. Belgrano y de María Remedios del Valle, “la Capitana”, no me gusta. Luce como una gloria compartida, cuando, en realidad, la historia de su actuación no menciona a sus ayudantes, que fueron sólo eso: ayudantes. Su sólido temperamento, más su formación cultural y amor a su familia y su Patria, documentada en largas cartas a su amada madre, hicieron de él una figura singular, más allá de otros singulares luchadores, como La Capitana. Sin desmerecer a muchos otros valientes patriotas, la idea de “unirlos” con las más relevantes figuras de la lucha independentista no debería estamparse en los ajetreados billetes que, aparte, no ayudan para implantar la idea de validez, firmeza e independencia, como la que pretendemos que nos identifique el mundo. Son, en realidad, indicadores de devaluación permanente de una desfalleciente economía.
Darío Albornoz
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