Los que todavía pudimos comer un locrito “carrero “ o de pobre , con mondongo, puchero, repollo , pata de vaca, un chorizo colorado, zapallo, batata, un puñadito de poroto y maíz blanco, fuego con leña, unas gotitas de amor, una oración para que alcance , con un nudo en la garganta y un charco de lágrimas, celebramos este triste y doloroso Día del Trabajador, sin saber qué pasará mañana con la estabilidad laboral de nuestros hijos y el inminente estallido social que se aproxima después de las payasadas irresponsables de la Cámara de Diputados, donde personajes dijeron a los gritos que defenderían a la clase trabajadora y a nuestros patrimonios y no sé si algo le pusieron en el café o la pastillita les hizo efecto adverso o el cansancio y la poca costumbre de trabajar tantas horas, les cambió la decisión y terminaron regalando todo, votando al revés, lo que alteró los ánimos de media Argentina, que ve con bronca cómo nos acercamos a un inevitable y doloroso enfrentamiento..
Francisco Amable Díaz
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