Los diarios del pasado siempre nos dejan una que otro recuerdo invaluable. Sí, de aquellos que el tiempo hace que coticen en oro. Mucho más se acrecienta ese valor si se habla de un ídolo nacional como fue el caso de Oscar “Ringo” Bonavena. Claro, el pugilista visitó la provincia en múltiples ocasiones y el norte argentino siempre era un destino que aparecía en su carpeta. Así, tras una gira en Estados Unidos entre julio y agosto de 1973 –obtuvo victorias frente a Leroy Caldwell, Roy Wallace y Lou Bailley-, el boxeador retornó al país y decidió pasar un par de días en las Termas de Río Hondo, Santiago del Estero.

“Vine recomendado por mi médico a pasar una temporada de descanso y recuperación física”, explicó “Ringo” al corresponsal de LA GACETA, que lo encontró “desparramado” en una reposera en el solárium del Hotel América. Claro, el boxeador se encontraba aprovechando el calor y tranquilidad de la ciudad santiagueña para reponer fuerzas para seguir con sus próximos compromisos boxísticos. Tal es así que su rutina constaba con dos baños termales diarios, sol en abundancia, paseos por la ciudad y un poco de casino.

Frente a la presencia de magna figura del deporte argentino, más de 20 turistas se agruparon al borde de la pileta para observar a Bonavena, quien se encontraba acompañado por su madre. “¿Conoce a mi madre? Doña Dominga… famosa por sus ravioles”, dijo “Ringo”, mientras ella sonrió por la afirmación de su hijo.

En relación a su presente deportivo, “Ringo” mantenía intacta su ambición por luchar por el título mundial. “Estoy fuerte y optimista. Creo que voy a salir airoso de mi próxima pelea por el título mundial. (George) Foreman es un rival difícil y tiene la ventaja en Estados Unidos. Allí es problemático ganar; son todos fanáticos de sus ídolos”, explicó el púgil, sobre un enfrentamiento que a la postre nunca se concretaría.

(FOTO: BANCO DE IMÁGENES DEL ARCHIVO DE LA GACETA)

También, el boxeador había anunciado que el 25 de ese mismo mes –día en el que cumpliría 31 años- le quitarían el yeso de la mano izquierda y volvería a las Termas para comenzar un entrenamiento que le permitiría una mayor flexibilidad en los dedos. Incluso, anticipó que entre el 5 y 10 de octubre iba a realizar un viaje a los Estados Unidos para concretar una pelea. “Va a ser un rival a designar, a manera de entrenamiento para mi pelea por el título prevista para el 5 o 7 de diciembre”, indicó. Sin embargo, el último combate de aquel año sería en noviembre frente a Terry Sorrell en el Fairgrounds International Building, Oklahoma City.

Por otro lado, “Ringo” comentó que el 3 de septiembre visitaría la provincia. “Mi regreso lo haré por Aerolíneas Argentinas desde Tucumán. Además, quiero ver antes a mi amigo el doctor Villafañe. Me prometió esos ricos tamales tucumanos y siento la necesidad de comerlos… me dan vitalidad”, dijo con una sonrisa.

Por último, el reportaje aseguraba que “Ringo” se quedaría en el hotel hasta la semana siguiente y señalaba que era uno de los huéspedes especiales de Osvaldo Canepa, propietario del hotel.

Así, una vez más, Bonavena sorprendió a los norteños y protagonizó un nuevo episodio que quedó retratado de su vida.