LA PAZ.- “Nuestra Patria, una vez más, esta bajó el acecho de los enemigos internos y externos que buscan la división, la desestabilización y el odio entre bolivianos, para apoderarse de los recursos naturales en beneficio de intereses mezquinos y de grupos de poder que responden al caudillismo”.
Esa frase, dicha hace pocas horas, muestra el perfil y las intenciones del general Juan José Zúñiga, el destituido comandante que lidera a los sublevados en La Paz, en una acción que el gobierno de Luis Arce calificó sin vacilaciones como un intento de golpe de Estado.
Zúñiga había sido relevado el martes de su cargo en la víspera por amenazar al exmandatario Evo Morales. Se opone tajantemente a una candidatura del exmandatario para las elecciones de 2025. “No puede ser más presidente en este país”, bramó ante las cámaras de TV el lunes.
“El señor Morales ya ha sido presidente tres, cuatro gestiones, re, re, reelegido. Legalmente, está inhabilitado”, insistió. Y acotó: “llegado el caso” no permitiría “que pisotee la Constitución y que desobedezca el mandato del pueblo”, lo cual fue tomado como una amenaza.
Esta tarde Zúñiga y un numeroso grupo de militares armados, algunos encapuchados, ingresaron al Palacio Presidencial, El Quemado, en La Paz, frente a la plaza Murillo, que es la sede del gobierno nacional.
“Soy un militar de honor que está dispuesto a ofrendar su vida por la defensa y la unidad de la patria. Nuestra patria, una vez más esta bajó el acecho de los enemigos internos y externos que buscan la división, la desestabilización y el odio entre bolivianos, para apoderarse de los recursos naturales en beneficio de intereses mezquinos y de grupos de poder que responden al caudillismo”, explicó a la prensa Zuñiga.
Zúñiga ocupó el puesto de Jefe del Estado Mayor del Ejército, y a lo largo del tiempo, ha mantenido diversos enfrentamientos con Evo Morales, que lo acusó de ser uno de los principales actores del llamado “Plan Negro”, una presunta operación orquestada para perseguir a líderes cocaleros y adversarios políticos.
Según consiga el sitio local Los Tiempos, el militar fue acusado también de estar involucrado en el desvío presuntamente de manera irregular de 2,7 millones de pesos bolivianos que estaban destinados al pago de los bonos “Juancito Pinto” y “Renta Dignidad”.
Medios bolivianos también indican que Zúñiga es conocido por haber sido visto en algunos actos sociales de la alta sociedad y se ha destacado en su trayectoria por sus conocimientos en inteligencia militar y por conocer los movimientos de diversos dirigentes políticos.
Cuando le tomó juramento para el cargo, 1° de noviembre de 2002, Arce le demandó apego a la Constitución. “El lugar de las Fuerzas Armadas está en el seno de su pueblo y su obligación es defender al gobierno legítimamente elegido en las urnas y apegarse a la Constitución”, dijo Arce en el acto de posesión de las nuevas autoridades militares.
Evo Morales había acusado previamente a Zúñiga de liderar el grupo militar Pachajcho, que supuestamente ejecuta un “plan negro” en su contra. El pasado domingo, el expresidente señaló que tiene videos y audios que muestran que el Comandante del Ejército se proponía su eliminación y la de sus más estrechos colaboradores. “Este señor es un verdadero mitómano, utiliza la mentira como estrategia para retornar al poder”, replicó Zúñiga en el set de televisión. A continuación, afirmó que los militares no permitirán que Morales vuelva al poder. Un día después, se lo había relevado de su comandancia, según trascendió, y hoy se levantó en armas.
El mensaje de hoy
“Miren en qué crisis nos han dejado [el gobierno de Luis Arce]. Las fuerzas armadas pretenden estructurar la democracia, que sea una verdadera democracia, no la de unos pocos”, dijo hoy el comandante militar en la Plaza Murillo.
Presente en la Plaza Murillo, Zúñiga indicó que busca “la inmediata liberación de todos los presos políticos. Desde [Luis Fernando] Camacho [gobernador de Santa Cruz], [la expresidenta Jeanine] Áñez, los generales, los tenientes coroneles mayores y capitanes que son presos políticos”.
“¿De qué democracia hablamos? ¿Cuánto tiempo está en la política Evo Morales? ¿Cuánto tiempo está en la política Carlos Mesa? ¿Cuánto tiempo está en la política la gente del Congreso? ¿Eso es democracia? Se sirven de la inocencia, de la humildad y la pobreza de la gente del área rural. ¿Eso es democracia?” , preguntó a la prensa el militar.
“Todas las unidades de todo el territorio nacional están acuarteladas”, aseguró. “Al ejército no le faltan cojones para velar por el futuro de nuestros niños, por el bienestar y el progreso de nuestro pueblo. Basta de que las élites se adueñen del poder del Estado”.
El Palacio de Gobierno de Bolivia estaba resguardado por unidades de la policía, mientras en su interior se encontraba el presidente Arce junto con el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo.
Más tarde se vio a Arce en imágenes de televisión encarando a Zúñiga en el pasillo del palacio: " Yo soy su capitán y le ordeno que repliegue a sus soldados y no voy a permitir esta insubordinación”, le dijo el mandatario al comandante del Ejército.
Previamente, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, denunció que se trató de intento de golpe de Estado. “La plaza Murillo ha sido tomada por militares y tanques. Es un intento de golpe de Estado. El pueblo está en alerta para defender la democracia”, dijo al canal Red Uno.
Partidarios al presidente se reunieron en la plaza y gritaban consignas a su favor como “Lucho, no estás solo” o “Fusil, metralla, el pueblo no se calla”. Los militares lanzaron gas lacrimógeno para dispersarlos.