Por Flavio Mogetta

Para LA GACETA - BUENOS AIRES

“Pensando en los más jóvenes me esforcé mucho por poner la historia de los temas que abordo. Si digo que nacionalicé los ferrocarriles, te cuento cómo eran antes. Y si cuento del IAPI (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio), el tema del comercio exterior, también te cuento cómo era antes y lo mismo el Banco Central y todo lo demás, sino repetimos como frases hechas cosas que tienen una historia; conociendo la historia ves cómo fueron modificándose muchos de esos temas”, introduce la periodista e historiadora Araceli Bellotta al momento de explicar uno de los motivos que la llevó a construir Perón, una biografía del siglo XXI (Planeta).

En el año del cincuentenario del fallecimiento del ex presidente, recibió la propuesta de la editorial de escribir una biografía. Conocedora e investigadora del peronismo, entendió que de aceptar la propuesta debía darle una vuelta, lograr que la misma “pudiera ser un aporte. Por eso se me ocurrió esta biografía del siglo XXI, enfocada sobre todo en temas que todavía hoy seguimos debatiendo. Lo enfoqué desde su última propuesta, que es la que consideró como la herencia política que le dejaba a su movimiento y a la Argentina en general, que es el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional”.

Libros para entender al peronismo

Al recorrer las 500 páginas del volumen uno no tarda en descubrir que el mencionado Modelo Argentino para Proyecto Nacional “no es una propuesta o un documento solo de contenido, sino que además es una herramienta de cómo hacerlo. Él decía que en aquel tiempo, 1974, estábamos en un tiempo de universalismo, que después seguiría un tiempo de continentalismo y que sobre todo los países del Tercer Mundo, como entonces se llamaban en los países en vías de desarrollo, debían tener su propio modelo para que no les impongan uno desde afuera; todas las líneas del libro están centradas en esta propuesta, que es una suerte de columna vertebral y a través de estas propuestas también se va contando toda la vida y la obra de Perón”, completa la historiadora.

-Desde las palabras introductorias queda en claro tu simpatía hacia el peronismo, lo que transforma la escritura en un ejercicio más difícil.

-Es por esa misma razón, que en el libro soy muy rigurosa en cuanto a las fuentes. El libro tiene 653 citas para que quienes quieran profundizar en los distintos temas tienen ahí la referencia. No solamente en libros, sino además en cantidad de monografías, en estudios presentados en distintas universidades del país. La verdad que me sorprendió eso. Este es mi libro número 13 y la verdad es, que a lo largo de toda mi vida y todos los libros publicados, me he caracterizado por ser minuciosa con las fuentes y he cambiado mi punto de vista de determinados temas si los documentos me lo demuestran. Mi primer libro fue Aurelia Vélez, la amante de Sarmiento y Sarmiento no era un personaje que me simpatizara mucho, pero tenía que leerlo porque estaba escribiendo sobre su compañera. Y me permití cambiar el punto de vista. Si bien reconocía cosas que reprobaba, una cantidad de otras muestran a un personaje absolutamente relevante. En el caso de Perón, me pasó lo mismo. El libro no es un homenaje, es una biografía. Entonces aparece todo lo bueno, pero también sus contradicciones.

-La estructura del libro nos ofrece dos libros en uno. Por un lado, los capítulos de Perón en el año 74, donde se da esto del Proyecto Nacional, que se alterna con su biografía, con su vida.

-Los del ’74 son los capítulos impares. Perón va reflexionando, va pensando su proyecto y también su propia vida, también su propia contradicción. Están escritos con citas textuales de Perón. No me senté a imaginar qué podría haber pensado sobre un tema, sino que saqué todo de distintos documentos, cartas, entrevistas o conversaciones con distintos dirigentes de su tiempo, lo cual fue un trabajo enorme. Es lo que él dijo en determinado momento respecto a ese tema. Me encantan las novelas históricas pero nunca escribí una, siempre hice investigaciones que trataban de aportar incluso algún documento nuevo a la construcción de la historia.

-Desde tu militancia femenina, ¿por qué carriles te moviste a la hora de abordar la biografía?

-Perón siempre fue un gran valorador de las mujeres, mucho antes de que otros lo hicieran. Para empezar, la prueba es Evita, que tenía obviamente sus propios talentos, pero además lo pudo expresar porque él se lo permitió. Hasta entonces no era esa la práctica política de los mandatarios. Lo había hecho antes como secretario de Trabajo y Previsión cuando creó la Dirección de la Mujer dentro de esa secretaría, que fue el primer organismo para las mujeres en el Estado argentino. Esto lo explica porque él había estado en Europa en tiempos de la guerra y en Italia lo había visto a Mussolini, que lo había deslumbrado, sobre todo por el movimiento de masas y lo que él entendía que era el carril por donde iba a ir el mundo, más que por fascista. Además, había una explicación: tanto el fascismo como Hitler enfrentaban a las potencias que de alguna manera colonizaban en la Argentina. Pongo en el libro esto de que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Lo cierto es que Perón vio en Italia a la enorme congregación de mujeres que respondían a ese régimen y entonces, cuando vuelve, trata de explicar eso que vio. Cuando llega al tercer gobierno, que también este es un tema del siglo XXI, llega con una mirada del cuidado del medio ambiente y lo enfoca desde la justicia social. Entonces dice en ese mensaje que era necesaria una revolución mental, qué había que parar con el consumismo indiscriminado, porque había que parar con esa desigualdad que existía en el mundo. En su tercer gobierno, crea una secretaría de Medio Ambiente y Recursos Humanos y pone al frente a una mujer, Yolanda Ortiz, que fue la única mujer en su gabinete. Es la que da el nombre a la ley Yolanda, sobre capacitación en el medio ambiente a funcionarios. Por supuesto que no la entienden a la pobre Yolanda, que tiene que pelear contra todos los funcionarios que además la acusaban de retrasar el desarrollo. Ella decía que había que premiar a las empresas que cuidaban el medio ambiente, a las que no contaminaran. Yolanda se había capacitado en la década del 60 en la Sorbona, era una científica, una gran conocedora.

-¿Por qué creés que la figura de Perón despierta tanto amor y tanto odio por igual?

-Porque cambió la política argentina. Te guste o no. Lo cierto es que lo hizo. Fue el primer gobierno en la Argentina que planificó. Los planes quinquenales; en el tercer gobierno hizo un plan trienal. ¿Por qué planificó y por qué los demás no? Porque tenía una concepción de soberanía económica, independencia económica que empezó a practicar desde el comienzo. Con medidas que le pidió incluso antes de asumir a Farrell, el presidente anterior. Como la nacionalización del Banco Central o la creación de IAPI, que era el que regía el comercio exterior y a partir de ahí administraba los recursos para invertirlos en otras áreas de gobierno. Recupera los ferrocarriles, recupera la deuda y entonces la Argentina no tenía la dependencia que tenían otras administraciones y podía planificar. Los demás no planificaban porque los objetivos se los ponían desde afuera. Había que pagar una deuda. Más o menos como ahora. Esa forma de ejercer el gobierno más la redistribución de la riqueza hizo posible el ascenso de los trabajadores. Hizo posible una vida razonable, con todo lo elemental para poder tener una vida digna. Eso cambió la vida de la Argentina.

© LA GACETA

Perfil

Araceli Bellotta es periodista, escritora, guionista e historiadora. Es autora, entre otras, de las biografías Aurelia Vélez, la mujer que amó a Sarmiento; Julieta Lanteri, la pasión de una mujer; Los amores de Yrigoyen (premio Ricardo Rojas); Las Mujeres de Perón (2005), Eva Perón, abanderada de los humildes y Eva y Cristina, la razón de sus vidas.