Un fenómeno trágico y desconcertante. El sábado pasado, en pleno entrenamiento en el circuito de la pista de ciclismo KDT del Parque Manuel Belgrano (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), el deportista amateur Jorge Horche sufrió una descompensación producto de un paro cardiorrespiratorio y falleció. El hombre, de 60 años, había sido asistido por un grupo de ciclistas (entre ellos un médico y un kinesiólogo), pero a pesar de las maniobras de Reanimación cardiopulmonar (RCP) sufrió muerte súbita.

Con una denuncia de su hija a través de las redes sociales, aludiendo que la ambulancia demoró demasiado en llegar al lugar, se abrió un extenso debate sobre cuáles son los pasos a seguir ante una situación de esta envergadura. Lo cierto es que Horche se suma a una extensa cantidad de deportistas que padecieron de una falla en la señalización eléctrica de su corazón.

Adam Watene (rugbista del equipo británico Wakefield Wildcats) falleció mientras se entrenaba en el gimnasio, Antonio Puerta (defensor de Sevilla) tuvo varios paros cardíacos mientras disputaba un partido de la Liga de España, Chaswe Nsofwa (futbolista africano de 27 años) falleció poco después de entrenarse, Vigor Bovolenta (voleibolista italiano olímpico) se desvaneció durante un juego del ascenso de su país, Juan Gilberto Funes (ex futbolista de River y de la selección argentina) falleció en el campo de juego en 1992 y Marc Vivian Foé (mediocampista camerunés) sufrió un paro cardiorespiratorio durante las semifinales de la Copa Confederaciones 2003) son algunos de los casos más emblemáticos de muerte súbita.

En Atlético Tucumán Andrés Balanta, el juvenil Fabricio Navarro y el arquero Joaquín Ibáñez, también sufrieron casos similares y abrieron el debate.

A pesar de los numerosos beneficios que el deporte le proporciona a la salud, en algunos casos la actividad física intensa puede desencadenar eventos cardiovasculares fatales, incluso en individuos jóvenes y aparentemente sanos.

Este problema no sólo implica un impacto emocional para las familias y la población en general, sino que también plantea importantes interrogantes. En ese sentido, Roque González, médico, presidente de la Sociedad Tucumana de Medicina del Deporte y secretario de la Asociación de Cardiología) brindó detalles sobre esta enfermedad, explicó cómo realizar un diagnóstico precoz y cuáles son las estrategias de prevención.

“No son tan frecuentes las muertes súbitas. Las encuestas dicen que más de la mitad de los argentinos somos sedentarios y en algunos casos más. Entonces tenemos que cuidarnos y saber que la actividad física es algo que nos hace falta”, le dijo González a LA GACETA antes de ahondar más en cómo prevenir una muerte súbita. “Es una noticia que nos sacude y un evento al que estamos expuestos. Impacta mucho y a pesar de ser poco frecuente, pasa. No cualquiera tiene un accidente o muere teniendo actividad física”, agregó en LG Play.

Según explicó el profesional, el punto principal para evitar la muerte súbita es realizarse controles de rutina. “Si uno va a hacer actividad física competitiva esto es fundamental. El control médico es para ver que esté todo bien a la hora de hacer actividad física. Es importante estar atento a los síntomas; sobre todo uno relacionado al ejercicio. Por ahí empezás a hacer gimnasia y sentís algo que antes no te pasaba. Te falta el aire, te duele el pecho, te mareás o te desmayás. Cualquier síntoma tiene que obligar a la consulta; eso es muy importante”, aseguró. “Los estudios que se hacen de rutina son el electrocardiograma, y si tenés más de 35 años una ergometría. Sin embargo hay otros que también pueden ser muy útiles como un eco doppler o, en algunos casos, hasta una resonancia magnética. La persona que tuvo un problema cardiovascular, es de riesgo y debe saber que necesita más controles”, agregó.

No obstante, como lo indica la propia palabra, no siempre tenemos alerta sobre esta enfermedad. “Muchas veces el primer síntoma es la muerte súbita; entonces no siempre vas a tener la alerta. Por eso la evaluación médica rutinaria es lo que se recomienda, más allá de que no tengás ningún síntoma. Todos los deportistas normalmente se hacen una evaluación anual”, advirtió.

Además, las temperaturas también tienen un papel fundamental en una posible muerte súbita. “Hay que saber cuidarse cuando las condiciones atmosféricas no son adecuadas; la temperatura alta o el exceso de la unidad relativa ambiente son cosas de las que el cuerpo se defiende. Entonces, el golpe de calor es mucho más frecuente en esa situación. Acá en Tucumán debemos tener mucho cuidado”, aseveró antes de mencionar el uso de suplementos. “Es algo que se usa mucho, que es muy frecuente y en lo que la gente no se limita. Cree que porque no han dormido bien está con sueño. No se han entrenado bien durante la semana y lo intentan suplir con un energizante. Eso es así”.

González fue más a fondo e intentó concientizar a los ciudadanos. “Desgraciadamente la próxima muerte súbita va a pasar. No tenemos manera de evitarlas. Lo que uno hace o intenta es tratar de evitarlas”, dijo González y explicó que es clave el RCP. “Es muy importante que todos estemos preparados para hacer ese tipo de reanimación para que cualquier persona que esté frente a un paro cardíaco pueda hacer esa maniobra hasta que llegue la emergencia médica. Esa es, quizás, una de las cosas más importantes con la que uno puede complementar la prevención de la muerte. Obviamente hay que utilizar el desfibrilador si lo tenés disponible. Lo primero que hay que hacer es acercarse a la persona y ver si realmente está sin conciencia. Por ahí puede haberle bajado la presión y está aturdido. Si lo sacudís, abre los ojos y balbucea, no está en paro”.

“Luego hay que llamar al 107. Una vez que vos le decís 'estoy con una persona que está en paro cardíaco o con una persona que no me responde' te mandan la unidad y ahí recién empezás a hacer lo que se llama la reanimación cardiopulmonar, que son los masajes. Ellos terminan viendo si realmente es necesario ahí poner una vía porque muchas veces hay que complementar el tratamiento con drogas endovenosas para ver si realmente van a poder trasladarlo”, agregó González.

El tiempo en la muerte súbita es oro. Por eso el doctor explicó las maniobras que se deben realizar. “Si vos vos estás frente al paciente y no querés hacer nada porque tenés miedo, es un grave error. Ahí se pierde, por minuto, un 10% de las posibilidades de sacar a una persona”, concluyó, dejando en claro que un factor determinante en este tipo de patología puede ser el estrés.