El fútbol ilusiona, despierta sueños y, por qué no, enamora. No sólo está el atractivo del deporte, no se limita al hecho de que la pelota toque la red rival y mucho menos que un equipo deslumbre con un juego colectivo brillante. ¿Son condimentos? Por supuesto. Pep Guardiola revolucionó el fútbol dentro del rectángulo de césped, pero la magia nace en los hinchas.
La tribuna da ese color especial mientras que las transmisiones satelitales fueron las causantes de que Diego Maradona, Ronaldinho, Zidane, Ronaldo, Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, entre tantos otros, pudieran globalizarse; pasaran de ser figuras de un país a ser de todos.
Bangladesh es uno de esos fenómenos inexplicables. No hay (ni hubo) cracks, tampoco ganó nada relevante a nivel selección. No, no cumple con la premisa principal de la filosofía de Carlos Salvador Bilardo que indica que el ganar lo es todo. El palmarés de la selección se limita a un campeonato de la Federación de Fútbol del Sur de Asia (SAFF) en 2003. ¿Qué es la SAFF? “Es un torneo regional en el que compiten países como India, Nepal, Bután, Sri Lanka, Maldivas, Afganistán y Pakistán”, explica Nehal Abedin Tonmay, un bangladeshí representante de futbolistas e intérprete de lengua española. “Retrocedió mucho el fútbol en el país. Sabemos que primero tenemos que ganar ese torneo y que va a ser un proceso largo. Después queremos clasificar a la Copa AFC y, por supuesto, soñamos con jugar un Mundial”, agrega, sobre las expectativas futbolísticas de los “tigres de bengala”.
Ese mal momento no detiene el fanatismo de Bangladesh por el fútbol. Tonmay asegura que los partidos del seleccionado nacional son muy convocantes. “Rakib Hossain es la gran figura porque juega como extremo y es el más destacado. También Jamal Vhuiy tiene muchos seguidores. Pero si hay mucha diferencia con otros países como Qatar u otros países de Asia”, afirma, mientras hace un racconto de las grandes figuras de la historia del país. “Alfaz Ahmed, Kaiser Hamid o Monem Munna son los más famosos de nuestro fútbol”, asegura.
La Bangladesh Premier Football League tampoco tiene un nivel destacado. La falta de formativas y la escasa infraestructura son dos problemas que agobian al desarrollo del país. Sin embargo, Tonmay comenta que existen algunos proyectos deportivos que ilusionan. “En 2013 apareció Bashundhara Kings en el fútbol y generó mucha atracción. El presidente Imrul Hasán invirtió mucho dinero y, en 2020, contrató a Hernán Barcos; también al costarricense Daniel Colindres, que jugó el Mundial 2018. Además construyeron su propio estadio. En la última temporada ganaron todos los títulos de Bangladesh. Es lo más parecido a un club sudamericano”, describe. “Mohammedan SC Dhaka es el club más viejo de Bangladesh. Se fundó en 1936 y su clásico es el Dhaka Abahani, que es un partido similar al Boca-River por la gran cantidad de gente que asiste al estadio”, añade.
Según Tonmay, la temporada bangladeshí se divide en tres torneos oficiales: “La Copa Independencia, la Copa Federación y la Liga”, indica, mientras asegura que la Primera División cuenta con 13 equipos participantes. Sin embargo, sólo uno de ellos cuenta con divisiones formativas. “Salvo Fortis FC, ninguno tiene academias. No hay lugares en los que los niños puedan practicar el deporte”, puntualiza. “También es difícil que alguien se dedique a ser futbolista porque la sociedad no lo acepta y es difícil porque no hay buenos sueldos como para vivir. La Federación intenta avanzar pero se necesita más tiempo para desarrollarse”, indica.
Todo esto remite a una sola pregunta: ¿De dónde nace el fanatismo por el fútbol? Tonmay alude a una causa principal: la transmisión de los Mundiales. “Empecé a ver fútbol a los 8 años cuando se jugaba el Mundial de 1994 en Estados Unidos. Me enamoré del deporte y me hice fanático de Brasil porque tenía un gran equipo. Eso hizo que sea un loco por el fútbol latino”, reconoce.
Los goles de Romario y de Bebeto fueron la piedra basal de su historia personal. Pero, el bangladeshí reconoce que el primero en fascinar a sus compatriotas fue Maradona. “En 1986 él enamoró a todos con la actuación que tuvo en ese campeonato. Eso hizo que Argentina tenga muchísimos fanáticos acá. Después apareció Messi que continúa con su legado y casi todo el mundo lo quiere. También, por mi profesión, me hice amigo de muchos argentinos”, comenta.
Tonmay, por un momento, tomó distancia del deporte y explicó que el gentilicio de Bangladesh no es bengalí. “Tenemos muchas culturas. Cada provincia tiene la suya, pero nuestro gentilicio es bangladesí. Bengalí hace referencia a un grupo étnico que también tiene presencia en Calcuta, India. Ellos también hablan nuestra lengua”, dice.
Como fanático del fútbol sudamericano, Tonmay confiesa que siguió de principio a fin a la Copa América. “Antes de que comience había pronosticado que la final sería entre Argentina y Colombia”, confiesa, mientras asegura que uno de sus objetivos personales es establecer un vínculo más cercano entre la cultura americana y Bangladesh. “Tengo un sitio deportivo que se llama Sokol Khela, que significa ‘todo deporte’. Uno de mis objetivos es que Bangladesh tenga más comunicación con los latinos”, avisa.
Las imágenes de los festejos del Mundial 2022 establecieron cierto vínculo entre Argentina y Bangladesh. El amor por Messi parecía ser el motivo suficiente para la conexión entre ambos países. Sin embargo, Tonmay reconoce que el fútbol no es la principal pasión de la nación asiática. “Sin dudas el cricket es el deporte más famoso acá. Sakib Al Hasán es nuestro Messi y todo el mundo lo conoce. Es muy interesante porque todos nosotros lo admiramos”, expresa.
Argentina siempre fue un destino que Tonmay quiso conocer. Incluso, en 2011, el intérprete estuvo cerca de conocer Córdoba. Pero, un golpe de la vida frenó sus aspiraciones. “Había conseguido una beca parcial para viajar, pero mi madre murió y no pude hacerlo. Desde entonces no tuve chances, pero es una deuda pendiente porque conozco mucho de la cultura del país; conozco el tango y también a Ricardo Darín, el actor de ‘El Secreto de sus ojos’”, cuenta.
El español no es una lengua común allí. Tonmay cuenta que la gente más de una vez lo descalificó por elegir una carrera “atípica”. “Era muy raro que alguien aprenda esa lengua, pero debo reconocer que siempre estuvo en mis planes. A finales de la década del ‘90 siempre veía a las latinas que ganaban el concurso de Miss Universo. Entonces, pensé que la única manera de tener una oportunidad era aprendiendo español, jajaja”, bromea. “En 2002, después de que Brasil ganó el Mundial intenté aprender portugués, pero no tuve oportunidad. Entonces, me decanté por el español porque casi todos los países de Sudamérica lo hablan. Fue muy difícil, pero me enamoré de la lengua y siempre aumentaba mi interés por conocer la cultura del continente. Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Maradona, Shakira, Pablo Neruda, Salma Hayek o Ernesto “Che” Guevara fueron algunas de las personalidades que estudié y seguí muy de cerca”, asegura el intérprete del Saif Sporting Club y de Bangladesh Police FC.
El aprendizaje del español no fue fácil. No sólo por las complicaciones idiomáticas, sino por lo que Tonmay dejó de lado para concretar su meta profesional. “He sacrificado muchas cosas para perfeccionar mi español. Entre ellas, dejé de prestar atención a la Universidad y me expulsaron por tres años. Pero lo más difícil fue cuando mi madre murió porque pensaba que no podría avanzar en mi vida. Sin embargo, gracias a Allah, sigo aquí”, lanza.
El bangladeshí, por último, reveló que sueña con recorrer Sudamérica para empaparse de la cultura latina. “Me inspiró mucho la película ‘Diarios de Motocicleta’, que es sobre el viaje por Sudamérica del “Che”. Sueño con hacer una travesía similar. ¡Ojalá se me dé!”, cierra, con las esperanzas de rodar sobre ruedas por el continente americano.