Una victoria necesaria que invita a trabajar con más tranquilidad. Luego del tropiezo en Caballito, el equipo de Diego Flores sólo tenía un objetivo posible en La Ciudadela: ganar a como dé lugar. El remate de Junior Arias le devolvió la sonrisa al hincha “santo”, pero lo concreto es que el equipo todavía debe pulir varios detalles para terminar de convencer con su juego.
Para el duelo contra uno de los animadores de la zona A, Flores pateó el tablero. Dejó de lado el 4-3-3 que venía saliendo prácticamente de memoria y mutó a un 4-2-3-1, con Matías Ignacio García como doble “5” de contención. El ex Güemes de Santiago del Estero se retrasó algunos metros y se ubicó casi en el medio de la dupla de centrales integrada por Juan Orellana y Agustín Dattola; un planteo demasiado extraño. Sobre todo teniendo en cuenta que el “santo” jugaba de local.
Gustavo Abregú extrañó demasiado la colaboración de Pablo Hernández y esto tiene un motivo. Juan Cuevas se soltó y se mostró escurridizo por las dos bandas, pero no nunca pudo marcar la diferencia.
En tanto que Matías “Caco” García - que venía jugando como extremo- se retrasó unos metros en la posición de volante y chocó demasiado por ese sector con Cuevas. Además Lucas Diarte, que hacía su presentación como titular, se enfocó en la labor defensiva y se contuvo para pasar al ataque. Claro; el lateral tuvo muy pocos entrenamientos en su retorno al club y sólo había disputado una serie de amistosos con Melgar de Perú.
A esos problemas por la izquierda, San Miguel los aprovechó. Gustavo Coleoni planteó un 4-4-2 y lejos de ser un equipo que se replegó en el fondo, propuso golpe por golpe en La Ciudadela y tuvo varias situaciones de gol que Darío Sand y su defensa, sobre todo Dattola, diluyeron sin problemas.
Sin demasiada efectividad en el área rival, la apertura del marcador llegó por una guapeada del “charrúa”, que se adelantó a la marca y remató cruzado al palo derecho de Joaquín Pucheta.
Desde allí, el equipo entró en una meseta y por ese motivo Flores cambió las piezas. Sacó a Cuevas para que ingresara Nicolás Moreno, y ubicó en la posición de volante a “Caco”.
Además, Ulises Vera reemplazó a Ignacio García, que no tuvo una de sus mejores actuaciones. En tanto que para encontrar mayor explosión por las bandas, salió Lautaro Fedele -que brindó la asistencia- y en su puesto se ubicó Gonzalo Rodríguez.
Vera y “Caco” buscaron darle un poco más de verticalidad al juego de San Martín. Pero, la defensa del conjunto de Los Polvorines estuvo muy bien ubicada para evitar cualquier avance del “santo”.
Los de Coleoni buscaron inclinar la cancha y dejaron muchos espacios, que el “santo” no pudo aprovechar ni con Moreno ni con Rodríguez, que probó los reflejos de un Pucheta que mostró todo su oficio.
El resultado por la mínima parece haber convencido a San Martín. En los últimos minutos, Dattola sacó todo lo que llegaba al área y Arias dejó su tarea de centrodelantero para aguantar el balón por las bandas.
El planteo de Flores sorprendió. Con Abregú solo en la mitad de la cancha, el equipo no encontró la distribución necesaria y recién tuvo soluciones en el complemento. En resumen, San Martín ganó con lo justo y ahora deberá revalidar este resultado contra Quilmes.