Un reciente estudio realizado por la Escuela de Educación Física y Deporte de la Universidad de São Paulo, Brasil, reveló que el ejercicio aeróbico nocturno podría ser significativamente más beneficioso para los adultos mayores hipertensos en comparación con el entrenamiento matutino. 

Esta investigación destaca cómo el ejercicio nocturno no solo mejora la presión arterial, sino que también optimiza la sensibilidad barorrefleja, un mecanismo crucial para la regulación de la presión arterial.

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Beneficios del ejercicio nocturno

El estudio, publicado en The Journal of Physiology, muestra que el ejercicio realizado por la noche puede ofrecer ventajas superiores en términos de regulación cardiovascular y disminución de la presión arterial. La sensibilidad barorrefleja, que es el mecanismo que compensa los cambios bruscos en la presión arterial, mejoró notablemente con el entrenamiento nocturno. Esta mejora en la sensibilidad barorrefleja es esencial ya que no hay medicamentos disponibles que modulen este mecanismo de forma efectiva.

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Leandro Campos de Brito, uno de los autores del estudio, explicó: “El entrenamiento matinal también aportó beneficios, pero sólo el ejercicio nocturno mostró avances significativos en el control a corto plazo de la presión arterial, especialmente a través de la mejora de la sensibilidad barorrefleja.”

Metodología del estudio

En el experimento participaron 23 pacientes hipertensos que fueron divididos en dos grupos: uno realizó el ejercicio en la mañana y el otro en la noche. Ambos grupos siguieron un programa de entrenamiento de 45 minutos en bicicletas ergométricas a una intensidad moderada, tres veces a la semana durante 10 semanas.

Los investigadores analizaron varios parámetros cardiovasculares, incluyendo la presión arterial sistólica y diastólica, así como la frecuencia cardíaca. Además, se monitorizaron aspectos del sistema nervioso autónomo, como la actividad nerviosa simpática muscular y la sensibilidad barorrefleja simpática.

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Resultados del estudio

Los resultados mostraron que el grupo que entrenó por la noche experimentó mejoras en todos los parámetros analizados: presión arterial sistólica, presión arterial diastólica, sensibilidad barorrefleja simpática y actividad nerviosa simpática muscular. En contraste, el grupo que entrenó por la mañana no mostró mejoras en la actividad nerviosa simpática ni en la presión arterial sistólica.

Campos de Brito destacó que “el control barorreflejo, que regula la presión arterial con cada latido cardíaco, demostró que los entrenamientos nocturnos son más efectivos, desencadenando una serie de beneficios adicionales que no se observaron con el entrenamiento matutino.”