Era cuestión de tiempo. El escenario nacional no contribuye para consolidar una fuerza políticamente importante en el escenario argentino y gravitante en Tucumán. Antes de que Javier Milei se convirtiera en presidente de los argentinos, el Partido Justicialista (PJ) venía sintiendo el desgaste de tantos años sin respuestas estructurales hacia la sociedad. La recesión económica actual es consecuencia de las políticas del pasado. La pobreza que afecta a la mitad de la población argentina fue presa de la acumulada en los últimos años y se consolidó con la abrupta actualización de precios de fines del año pasado. El 19 de noviembre pasado, esa sociedad le dio la espalda al peronismo y consagró al economista libertario como conductor. No importó que viniera con una motosierra fiscal incorporada. Tampoco que les hablara de frente a los argentinos acerca de sus planes de restricción fiscal. El duro discurso contra la “casta” política terminó de inclinar la balanza electoral. Desde entonces, el PJ sigue tirado en el cuadrilátero, mientras los libertarios levantan los brazos y esperan la próxima contienda.

El peronismo no tiene líderes; los que lo fueron están en decadencia mientras los arrastra la ola albertista. El escándalo que tiene como protagonista al ex jefe de Estado, ungido en el cargo por la propia Cristina Fernández de Kirchner, no le permite levantarse a esa histórica fuerza. Aún más, hoy no hay quien se atreva a hacerle reanimación al partido. El riojano Ricardo Quintela se apoya en el bonaerense Axel Kicillof para subirse al tren de la recuperación del peronismo. Pero los condicionantes pueden más que las ganas. El gobernador de La Rioja volvió a defaultear la deuda de ese distrito y eso no le suma como candidato potable. Enfrente puede tener al tucumano Juan Manzur, que gozaría de la venia de Cristina para hacerse cargo del proceso de normalización partidaria, tras la renuncia de Alberto Fernández a la conducción.

Hay quienes interpretan que el actual senador por Tucumán es el hombre ideal para salir del paso, por su amplia agenda y por el acompañamiento que tienen dentro de la Confederación General del Trabajo (CGT). Sin embargo, los intendentes del conurbano bonaerense no están proclives a involucrarse en la interna. ¿La razón? Los tentáculos financieros del gobernador del distrito son tan potentes que un paso en falso implicaría el adiós a la poca asistencia con la que hoy cuentan para gestionar. Milei les cerró el grifo y, más temprano que tarde, está avanzando contra las compensaciones que, particularmente, se otorga al transporte en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

Entre los gobernadores tampoco hay demasiados ánimos para jugar a la política partidaria. El condicionante, en este caso, es que están a 20 días de conocer la planilla de la facilidad. ¿Qué es eso? La parte del proyecto del Presupuesto Nacional para 2025 que explica cuánto dinero se volcará en cada distrito en el año electoral que se avecina, la cantidad de obras públicas que se incluirán en esa iniciativa y, especialmente, el flujo de fondos de coparticipación federal de impuestos. Aquí es donde se exponen los principales temores. El impuesto a las Ganancias comenzará a derramar más dinero que este ejercicio, pero nadie sabe qué sucederá con el resto de los tributos, si Milei avanzará sobre el Impuesto al Valor Agregado (IVA), si el fin del impuesto PAIS puede implicar un reajuste en el esquema impositivo nacional por la menor recaudación que eso implica. Los viajes de Jaldo a Buenos Aires serán una constante, como sucedió la semana pasada, que tuvo que ir a tocar varias puertas para que la provincia no se quede sin energía en el verano.

El fuerte mensaje de Jaldo a quienes "juegan a dos puntas": "¡No los queremos en el PJ!"

El fin de semana anterior le sirvió al actual gobernador para reflexionar acerca de lo que acontecerá en el próximo test electoral. Jaldo le había encomendado al ministro del Interior, Darío Monteros, que comience a hablar con la dirigencia peronista de distintos puntos de la provincia para sacar del letargo al partido. El tranqueño necesita de la fuerza política que lo convirtió en gobernador para desarrollar una campaña que implique sostener el poder en la provincia y la proyección nacional como líder territorial. Construye junto con el mandatario salteño Gustavo Sáenz, con el catamarqueño Raúl Jalil y con el cordobés Martín Llaryora el eje de poder dialoguista en la parte norte del país. No habrá liga; solo encuentros de ocasión para definir acciones colectivas. Jaldo insiste en la idea de que el peronismo tiene que cambiar su chip para aggiornarse al nuevo momento de la Argentina. Y ese fue el eje de su primer discurso del año en la sede del distrito Tucumán del PJ. Durante el acto de normalización de la Junta Departamental Capital de ese partido, el gobernador y vicepresidente del peronismo local lanzó un mensaje que traza una línea divisoria interna con algunos referentes. Particularmente, cargó contra el diputado Pablo Yedlin, que decidió ser el referente tucumano del Frente Renovador que lidera el ex candidato presidencial y ex ministro de Economía, Sergio Massa. “Basta de jugar a dos puntas”, exclamó el mandatario en un salón de actos colmado de dirigentes. “A aquellos compañeros que pretenden poner un pie en este plato, y por las dudas, poner el pie en otro plato, no lo vamos a permitir. ¡Que se vayan con el otro plato, no los queremos en el PJ!”, continuó. Yedlin se tomó el avión rumbo a Buenos Aires -pero para desarrollar sus actividades en el Congreso-. Desde la metrópoli, no obstante, llegó la contestación. “Jaldo: el que cambió fue usted, no los compañeros”, posteó en la red “X” el diputado nacional y presidente del Frente Renovador, Diego Giuliano. El texto del ex ministro de Transporte de la Nación fue acompañado de un video en el que se observa a Jaldo pidiendo el voto por Massa en el acto que, en julio pasado, se realizó en Banda del Río Salí, previo a las PASO.

Varillazos

En su discurso de la noche del lunes, el tranqueño siguió tirando varillazos. Como el que alcanzó a su ex compañero de fórmula. “No muchos se juegan por el peronismo. Algunos, que no la ven, disparan. Pasan por Catamarca y disparan corriendo más allá cuando ven que el peronismo está en peligro, cuando más debemos estar aquí, juntos”, arengó. Así aludió a la ausencia del presidente del distrito local del PJ en las charlas con la dirigencia provincial. Manzur suele viajar a Cuyo por sus inversiones privadas. Otro hecho llamativo en la noche de la convocatoria justicialista fue la ausencia del vicegobernador Miguel Acevedo. Las especulaciones estuvieron a flor de piel. Que el presidente de la Cámara había recibido llamados para que no avale el encuentro con su presencia; que está distante del gobernador y que, en definitiva, hace la suya. El propio Acevedo se encargó de desechar todas esas conjeturas. “La invitación (de la junta departamental) me llegó cuando ya tenía compromisos asumidos; uno de ellos eran los 25 años de McDonald´s; quería acompañar por el respeto y cariño hacia Mercedes Paz, un ejemplo de empresaria tucumana que, pudiendo haber elegido (por su trayectoria) cualquier lugar del mundo para realizar su emprendimiento, optó por quedarse en Tucumán”, indicó el vicegobernador, que acotó que, por eso, pidió disculpas al partido respecto de su ausencia al acto.

Jaldo habló sobre la ausencia de Miguel Acevedo en la reunión del PJ

En el jaldismo, los motores electorales ya calientan ante la próxima carrera electoral, la de 2025. Septiembre llegará con una convocatoria al Congreso y al Consejo partidario, otro paso más en busca de la consolidación de la conducción de Jaldo dentro del PJ.