Muchos tucumanos hemos sentido en lo profundo el fallecimiento del doctor Luis Iriarte, ocurrida en días recientes. Percibimos en él uno de los hombres que tomó en su persona la carga de custodiar la vigencia del sistema republicano y democrático, instituido por la Constitución Nacional. Ha dejado una semilla en la sociedad tucumana, que dará sus frutos en el control sobre aquellos que ejercen el poder, ante sus desvaríos de tentaciones autoritarias. Paradoja en la Provincia de Tucumán fue que en el año 2006 se proclamara una Constitución “anticonstitucional”, a estar por los fallos que en la Justicia invalidaron artículos centrales de su texto, muchos de ellos mediante la iniciativa del destacado constitucionalista.
José Luis Díaz Robín
jldiazrobin@gmail.com