Las maneras en que nuestro cerebro se conecta con nuestro intestino implican conexiones que todavía la ciencia no puede terminar de comprender. Sin embargo, es un hecho que ambos órganos forman un vínculo estrecho, y así la salud de uno puede tener sus efectos en el otro. Así existen una serie de rutinas y hábitos que pueden mejorar la salud intestinal y por consecuencia promover el bienestar de nuestro cerebro.

Cómo mantener los intestinos “bajo control” para prevenir enfermedades

Mientras que nuestro intestino no se encuentra resolviendo problemas matemáticos o intentando leer una novela, el contenido de células nerviosas del mismo puede igualar al de nuestro cerebro. Así, este órgano se comunica con el sistema central de nuestro cuerpo a través del nervio vago, del microbioma intestinal (una comunidad de bacterias y otros microbiomas) y a través del sistema inmune, hormonas y otros neurotransmisores.

Ambos órganos intrínsecamente conectados pueden afectarse mutuamente, por lo que cuidar de la salud de uno puede implicar también el bienestar del otro. Por ello existen una serie de hábitos un tanto inusuales que podemos llevar a cabo para mejorar nuestra salud intestinal y por ende potenciar la salud cerebral.

El consumo de comidas fermentadas como el Kefir ha demostrado beneficiar nuestra función cerebral,

Los hábitos poco habituales que mejoran la salud de nuestro intestino y cerebro

Uno a tres cafés cada día para estimular la función cerebral

El café está relacionado con un diverso y saludable microbioma intestinal. Este efecto puede estar relacionado con el alto contenido de polifenoles en el mismo, resultando en más de 800 a 1,600 mg que las personas consumen al día. Esta bebida es también sumamente beneficiosa para nuestro cerebro, siendo considerado el principal estimulador de este órgano. Los especialistas establecen que una a tres tazas por día del mismo ha demostrado tener un efecto protector contra el deterioro cognitivo.

Es importante resaltar que el café puede empeorar los problemas digestivos en algunas personas por lo que es mejor optar por café descafeinado o té. A la vez resulta fundamental no beber café por las tardes ya que puede interrumpir la calidad de nuestro sueño.

Dos comidas fermentadas por día para una mejor memoria

El Kombucha (bebida de té negro) y el kefir (bebida a base de leche), son preparaciones de bebidas elaboradas a partir de la fermentación de bacterias y levaduras. Estas han demostrado ser sumamente beneficiosas para la salud. Un estudio ha relacionado el consumo de kefir con una mejorada memoria relacional (la habilidad de recordar caras y dónde dejamos las llaves, por ejemplo). Una de las razones de este efecto puede deberse a que esta bebida ayuda al intestino a producir metabolitos, que tienen un efecto antiinflamatorio en el cerebro y a la vez protegen la salud cognitiva.

Otro estudio ha relacionado el consumo de kefir con una mejorada resiliencia emocional. Esto puede ser el resultado de los microbiomas producidos en el intestino que ayudan a generar un neurotransmisor llamado GABA que ayuda a inducir a estados de calma. Sin embargo, no solo el kefir ha demostrado ser un alimento fermentado beneficioso. Algunos quesos, yogurt, aceitunas frescas y pan de masa madre pueden provocar estos efectos.

Cinco colores al día para la salud mental

Algunos científicos y nutricionistas han explicado que deberíamos comer 30 plantas diferentes a la semana, sin embargo, la evidencia de esta afirmación es bastante débil. En cambio, enfocarnos en comer cinco diferentes colores al día sí que ha demostrado ser beneficioso para la salud.

Comer una gran variedad de vegetales asegura el consumo de una gran cantidad de fibra y una extendida cantidad de polifenoles diferentes, que son un grupo de antioxidantes. Los polifenoles promueven la producción de las “buenas” bacterias en nuestro intestino. Estos han demostrado reducir el riesgo de sufrir de depresión, disminuir el riesgo de deterioro cognitivo, menores problemas de fatiga mental y una mejorada actuación de nuestro cerebro.