La historia del automovilismo argentino avanza a máxima velocidad, al igual que Franco Colapinto. En menos de un mes, el piloto de Pilar logró generar un entusiasmo que no se vive en el país desde hace 26 años con la Fórmula 1, incluyendo la esperanza de que Argentina vuelva al calendario de la “categoría reina del automovilismo”. Hace unas semanas, Daniel Scioli dejó abierta esta posibilidad.
Sin embargo, concretamente, la Fórmula 1 no llegará al país antes de 2026. Esta demora se extendería probablemente hasta 2027 por varios motivos. En primer lugar, el calendario de 2025 ya está cerrado. Además, Argentina debe cumplir con los estándares de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) para recibir las máquinas. Lo que más tiempo demandará será adaptar algún autódromo del país para que alcance el Grado 1, el máximo nivel y el único que permite la organización de un Gran Premio de Fórmula 1.
¿Qué busca la FIA en un país para ser sede de una carrera? Argentina deberá hacer algunos ajustes para concretar lo que Scioli aseguró ya cuenta con el apoyo del presidente Javier Milei. Ese respaldo presidencial es clave para generar confianza entre quienes manejan la organización de la categoría. MotoGP, la máxima división de vehículos de dos ruedas, eliminó del calendario a Termas de Río Hondo porque el presupuesto para el deporte se redujo bajo la gestión actual. Sin embargo, volverán en 2025, ya que se reunirán los fondos privados necesarios para garantizar el regreso de las motos más rápidas del mundo.
El apoyo del Estado garantiza que Liberty, la empresa propietaria de la Fórmula 1, negocie con confianza. Cualquier demanda que se haga se cumplirá. Una de las exigencias de la FIA es un autódromo de Grado 1, que Argentina no tiene actualmente. Además, la FIA y Liberty tienden a preferir países con una fuerte tradición en la categoría. Juan Manuel Fangio y Carlos Reutemann son los referentes históricos, y Franco Colapinto completa la dinámica que más atrae a los organizadores. La presencia de un piloto local en la pista asegura un probable lleno total y mayor patrocinio, algo difícil de lograr en un país sin representante en los monopostos.
“La verdad es que sí, estamos trabajando para 2027. En la reunión que tuvimos con Daniel Scioli, definimos que, si el país sigue en este camino, la Ciudad de Buenos Aires avanza como hasta ahora y se pueden realizar las obras en el autódromo, más la frutilla del postre: tener a un piloto argentino en la grilla, recién ahí se darían todas las condiciones para volver a tener un Gran Premio de Fórmula 1”, expresó Eugenio Breard. El responsable de la Comisión Deportiva del Automóvil Club Argentino es uno de los protagonistas en la gestión de las remodelaciones del autódromo de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez, que busca alcanzar el Grado 2 de exigencia. Breard ha liderado estos esfuerzos desde hace varios años.
Scioli se refirió específicamente al jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, durante su discurso. “Tenés que terminar el Autódromo. Sé que están trabajando para que alcance la categoría 2, pero necesitamos que llegue a la categoría 1. Y como sé que sos un trabajador incansable, lo vas a lograr”, lo elogió en el escenario del evento de la Federación Internacional de Turismo, donde hizo el anuncio.
Uno de los pasos cruciales para la confirmación se producirá en tierras brasileñas. Cuando se corra la fecha 19 del Campeonato. La comitiva argentina la encabezará Scioli acompañado, entre otros, por Breard. En Interlagos estarán presentes las máximas autoridades de la FIA y Liberty. La presencia del líder del Automóvil Club Argentino es fundamental porque es el más interiorizado para exponer el presente del autódromo bonaerense, pero también de las condiciones logísticas generales que dispone el país. Los detalles para el montaje de las escuderías requieren homologaciones que, de seguro, Breard tiene el conocimiento necesario para ponderarlas con fundamentos en cualquiera de los tres escenarios que se barajan.
De esas conversaciones, dependerá que se genera un éxito más de la “Colapintomanía”. Eso sí, las revisiones que implica el proceso de homologación, que ya suelen ser detalladas, seguramente serán más exigentes ahora, teniendo en cuenta la posibilidad de un Gran Premio en los próximos tres años.
El Oscar y Juan Gálvez fue el escenario del último Gran Premio en territorio argentino, durante la temporada de 1998, bajo la presidencia de Carlos Menem, cuando Michael Schumacher ganó con Ferrari. En 2012, durante el mandato de Daniel Scioli como gobernador de la provincia de Buenos Aires y con Cristina Fernández de Kirchner en la presidencia, se intentó organizar una carrera en Mar del Plata, pero no prosperó. El antecedente más reciente fue durante la gestión de Matías Lammens como ministro de Turismo, bajo la presidencia de Alberto Fernández, cuando solo se manifestó el interés de ingresar en la temporada 2023 o 2024.
El intento de 2012 vuelve a estar en escena. Un circuito callejero es la otra opción. “Desde 2009, se viene evaluando la posibilidad de establecer un circuito callejero en Mar del Plata. ¡Nuestra ciudad tiene todo lo necesario para asumir este desafío!”, publicó Maximiliano Abad, senador nacional por la provincia de Buenos Aires, en su cuenta de X. En 2012, se tomó como referencia el trazado callejero que usó la Fórmula 2 Codasur en las temporadas 1984 y 1985 en la ciudad, marcadas sobre la zona de Playa Grande.
En declaraciones al sitio Mi8, Christian Ledesma, reconocido piloto marplatense de Turismo Carretera, mostró ese sector ideal para una carrera. “La recta de la base, mucho terreno para hacer boxes y tribunas. Iría desde Juan B. Justo hasta la base naval y toda la parte de Playa Grande. Quedaría mucho más cómodo y espacioso que Mónaco, por ejemplo”, se animó a comparar Ledesma.
En Argentina, hasta la fecha, solo dos escenarios tienen la distinción de Grado 2: el Circuito Internacional de Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero, y el Circuito Urbano Parque La Pedrera, en San Luis. Con esta certificación, pueden recibir categorías como el Mundial de Resistencia o el TCR World Tour. En términos de modernidad, los autódromos de San Luis, inaugurados en 2017, y el de Santiago, un año después, ofrecen mayores prestaciones acordes a las exigencias actuales, superando al de Buenos Aires, que data de 1952.
Hoy, los requisitos priorizan la seguridad por sobre el diseño del circuito. En los últimos años, este enfoque ha recibido algunas críticas por parte de fanáticos, pilotos y prensa, quienes consideran que la seguridad, contemplada en exceso, resta emoción a las carreras. Cuando llegue el momento de presentar el dossier de documentos para la aprobación de la FIA, tanto el Oscar y Juan Gálvez, como La Pedrera, Termas o las calles de Mar del Plata, deberán contar con “escapatorias”, barreras y muros en óptimas condiciones. , las principales medidas de seguridad en circuitos de todo el mundo.
Ademas, para proteger al público, a los oficiales y a las personas fuera de la pista, se instalan vallas que impiden que piezas grandes, o incluso autos enteros, salgan del trazado y causen lesiones. Normalmente, hay dos líneas de vallas. Así, se minimiza la posibilidad de heridos entre el público y se evita que alguien se cuele en la pista, con el peligro que esto representa. Todos estos sistemas de seguridad son probados para detectar cualquier contratiempo que ponga en riesgo la vida de quienes están dentro y fuera del trazado.
Si tanto San Luis como Santiago del Estero tienen escenarios que quizás requieran menos adaptaciones para alcanzar el Grado 1, ¿por qué no se realizan las obras en esas locaciones? “Los patrocinadores quieren estar cerca de las grandes ciudades”, apunta Carlos Pinello, tucumano, organizador de viajes y periodista especializado en automovilismo, con más de 40 presencias en carreras de la máxima categoría.
“Peke” asegura que si la Fórmula 1 desembarca en el país, no lo hará ni en tierras puntanas ni santiagueñas, ya que la infraestructura en esas ubicaciones no es lo que busca la F-1. Esta categoría, catalogada como “un circo” por la gran movilización que provoca una carrera, debe llevarse a cabo en una ciudad que ofrezca todas las comodidades al máximo nivel. “El autódromo de Termas sería el que más se acerca a cumplir con las reglamentaciones. Para MotoGP, cumple con el Grado 2, además de contar con un plus, por lo tanto, le faltaría poco”, analizó Pinello.
El testimonio de Pinello señala que la atención de los ciudadanos de los países que sigue la Fórmula 1 se captará si Colapinto continúa corriendo hasta el esperado 2027. “Nunca, 40 días antes de que se corra en Interlagos, se habían agotado los paquetes de viaje ”, reveló. Pinello se dedica desde hace 18 años a la organización de viajes hacia el Gran Premio de Brasil. En el último mes y medio, con el debut y las dos carreras del pilarense, se ha reactivado el fanatismo argentino, el cual no muestra indicios de disminución mientras él esté en alguna escudería.