Bolivia es un equipo que en El Alto está ilusionado, motivado y entusiasmado, presiona arriba y exige al rival en todo momento, haciéndose de la pelota y del terreno de juego. Asfixia al rival. Pero el juego en el Monumental será diferente. Va a ceder la pelota, el campo de juego y el protagonismo sabiéndose inferior en todo momento. No contara con ninguna ventaja por fuera de lo deportivo, ahí veremos una Bolivia con otros argumentos.

Por el lado de Argentina, ya eligió una filosofía que no es adaptable a rivales o circunstancias. El sello futbolístico de Argentina se pondrá de manifiesto al comenzar el partido para tener un protagonismo de principio a fin.

La posesión de la pelota, la circulación de la misma, el dominio del campo de juego el protagonismo, y la actuación individual de cada jugador para sumar al colectivo son las premisas del seleccionado.

El manejo de la pelota en el medio será fundamental para las subidas de los laterales sobre todo el lado derecho, la movilidad de los delanteros, la creación de espacio y el talento de Messi serán desequilibrantes en todo momento. El seleccionado tiene para sumar de a tres y acercarse cada vez más al próximo Mundial.