NOVELA
LA VEGETARIANA
HAN KANG
(Bajo la luna - Buenos Aires)
A simple vista la trama de La Vegetariana, la novela de la escritora coreana Han Kang (con este libro ganó el premio Man Booker en 2016), cuenta la historia de una mujer tradicional que vive en Seúl y empieza a cambiar. Sin embargo, a medida que avanza la historia su vida quiebra los límites de lo racional y cuestiona la arbitrariedad de lo femenino y oriental.
El inicio es radical: Yeonghye tiene una pesadilla, camina a la heladera y vacía el freezer en la basura con toda la carne que guardaba. Así se convierte en vegetariana. Esta es la primera de una serie de decisiones que la van distanciando de las expectativas que tienen sobre ella los que la rodean.
El relato de su vida aparece contado desde tres puntos de vista. Primero, desde la mirada tradicional de su marido, un hombre egocéntrico que dice: “No sabía que pudiera ser tan egoísta y hacer lo que se le viniera en gana. No sabía que era tan irracional”. Su rareza llama la atención de su cuñado, un artista visual que se obsesiona con su cuerpo y es quien sigue la historia. El final queda a cargo de la hermana mayor, casada, exitosa y autosuficiente, un contrapunto perfecto para mostrar las diferentes formas de reaccionar frente a las normas sociales.
La escritura de Kang, traducida en forma impecable por Sun-Me Yoon, explora el paulatino y firme distanciamiento de las convenciones que la va transformando en otra. La elección de un relato coral proyecta la extrañeza de Yeonghye y la desarticula en varias capas. Es delicioso ir descubriendo el discreto deslizamiento de la información, los silencios y las preguntas que abre, generan suspenso y tensan la trama.
Por momentos, la lectura se vuelve vértigo y traduce el mundo interior en poesía: “Los incontables árboles que había visto a lo largo de la vida, los bosques que cubrían el mundo como un mar insensible, se abatían sobre su cuerpo cansado como una ola y se incendiaban”.
A través de una narración precisa queda en evidencia el aislamiento que conlleva la vida contemporánea en las ciudades. Yeonghye vive con reglas que le son ajenas, hasta que decide quebrarlas, a pesar de que nadie la entienda. El cuerpo aparece como un lugar de resistencia y el deseo de elegir crece con fuerza irracional hasta poner en crisis todos los valores socialmente aceptados.
De algún modo, en La Vegetariana la distancia entre oriente y occidente desaparece, lo individual se vuelve universal. Y ella encarna un reflejo distorsionado, pero reflejo al fin, de la mujer occidental.
© LA GACETA
La vegetariana*
Por Han Kang
Antes de que mi mujer se hiciera vegetariana, nunca pensé que fuera una persona especial. Para ser franco, ni siquiera me atrajo cuando la vi por primera vez. No era ni muy alta ni muy baja, llevaba una melena ni larga ni corta, tenía la piel seca y amarillenta, sus ojos eran pequeños, los pómulos algo prominentes, y vestía ropas sin color como si tuviera miedo de verse demasiado personal. Calzada con unos zapatos negros muy sencillos, se acercó a la mesa en la que yo estaba sentado con pasos que no eran ni rápidos ni lentos, ni enérgicos ni débiles.
Si me casé con ella fue porque, así como no parecía tener ningún atractivo especial, tampoco parecía tener ningún defecto en particular. Su manera de ser, sobria y sin ninguna traza de frescura, ingenio o elegancia, me hacía sentir a mis anchas. No hacía falta que me mostrara culto para atraer su atención ni tenía que andarme con prisas para llegar a tiempo a nuestras citas. Tampoco había razón para que me sintiera menos cuando me comparaba a solas con los modelos que aparecían en los catálogos de moda masculina. Ni mi barriga, que había comenzado a abultar a partir de los veintitantos, ni mis delgados brazos y piernas, que no ganaban músculo a pesar de los esfuerzos que hacía -ni siquiera mi pequeño pene, que era la causa de un secreto complejo de inferioridad-, me preocupaban lo más mínimo cuando estaba con ella.
Nunca he pretendido más de lo que creo merecer. Cuando era pequeño me las di de bravucón en las calles poniéndome al frente de una banda de chiquillos que eran menores que yo. Cuando me hice mayor, solicité́ingresar en la universidad que me concedía la beca más jugosa y luego me di por satisfecho entrando en una pequeña compañía que, además de apreciar mi escasa capacidad, me entregaba todos los meses un sueldo modesto. Así pues, fue natural que eligiera casarme con ella, que tenía el aspecto de ser la mujer más corriente del mundo. De hecho, jamás he podido sentirme cómodo con las mujeres bonitas, inteligentes, sensuales o provenientes de familias adineradas.
*Fragmento.
Perfil
Han Kang nació en Gwangiu, Corea del Sur, en 1970. Con La vegetariana, su primera novela traducida al inglés, ganó el Man Booker Internacional 2016, el mayor galardón literario después del Nobel. Con su siguiente novela, Actos humanos, ganó el Premio Manhae de Literatura de Corea y el Malaparte 2017 en Italia. Fue profesora del departamento de Escritura Creativa en el Instituto de las Artes de Seúl hasta 2018. Su obra fue traducida a 30 idiomas. Ganó el Nobel de Literatura el jueves de la semana pasada.
Verónica Boix