La celebración del dia de la madre, da mucho bombardeo publicitario, que apunta a realizar regalos personales, y/o darles un afecto especial. Pero en algunas personas puede traerle una crisis, eso puede ocurrir porque existen situaciones de dolor, ante una perdida, o de constantes peleas en el vínculo, o bien otras de menor intensidad que tiene que ver con reacciones de la cotidianidad.
En este último caso, es fácil poder equilibrar las emociones, y lograr que una actitud como el enojo, se transforme en algo más motivado, que termina adaptándose al objetivo del día, y disfrutar del mismo. Pero pueden existir situaciones, donde el ideal de madre, como función protectora, de darnos seguridad, es diferente a la historia que nos tocó, donde pueden considerarse como negligente, controladora, abusiva o de haber tenido conductas hostiles. Es ahí, donde aparece un conflicto interno en como celebrar un dia, cuando la motivación es baja, porque provoca emociones que afectan el ánimo, provocan resentimiento, desprecios, problemas de comunicación y diversas otras formas conflictivas de vinculo.
Como también estar triste ante, porque aún sigue siendo reciente la perdida física de la misma, y el sentimiento de añoranza que provoca. En este caso el estar triste no es malo, y debemos darnos ese lugar, podemos escuchar música que recuerda, o evocar momentos vividos, conversaciones, etc, todo lo que sea necesario para conectarnos con ella, y sentirla cerca, dado que la idea es aceptar que estamos ante un dolor que es necesario, porque forma parte del proceso de elaboración del duelo, porque disimular un dolor, puede interferir en el mismo proceso, y puede ser perjudicial para uno mismo.
Comprender el dolor, es comprender la función de cómo esa madre influyo en nuestra historia, es la que nos proporciona, ya antes de nacer, nuestra primera experiencia de amor y seguridad en la vida, aunque no siempre se da, y se puede comprender, por qué la relación es conflictiva y difícil de sobrellevar, porque quizás ambos, repiten conductas disfuncionales, sin poder reparar, esos sentimientos de vacío, de inseguridad, y de dolor, que ocasionaron las carencias afectivas actuales en cada uno.
Los conflictos, en definitiva, suelen surgir cuando una u otra no cumplen con lo que se espera que hagan. En estos casos puede ser útil pensar en la relación como lo haríamos con cualquier otro vínculo, en el que tendemos a aceptar, con menos problemas las limitaciones de la otra persona, y la propia. Es pensar en aceptar la relación tal y como es o fue, sin esperar que lo hagan todo siempre perfecto o, a nuestra manera, el aceptar no es la sumisión, es otra cosa, es pensar en las limitaciones, y en el esfuerzo que se destinó, y que no se logró el cambio, que esa conexión importante, y crucial, puede ser diferente, y debo aprender y pedir el respeto de la autonomía de ambos.
Porque todos cometemos errores, no hay manuales de crianza, de cómo ser madre, y como ser hijos, como tampoco podemos pasar toda nuestra vida culpando de nuestros traumas y problemas pues, algunas vez seremos padres y adultos, y es posible que al no superar, pueda influir en un modelo de crianza que no respete la autonomía del hijo, sino una forma de tapar ese dolor del pasado.
Por eso se entiende que el vínculo se construye, con lo que tengo para dar, y para recibir, pero si lo que di, o recibí, provoco daño, entonces el pedir o dar el perdón, y reconocer que nos hemos equivocado, que somos capaces de ver el dolor que hemos causado, o recibido, y que, no tenemos intención que vuelva a repetirse, puede ser un regalo que repare muchas heridas, para mantener una relación basada en el respeto, y eliminar el miedo de volver a creer para después construir la forma diferente de amar.
Pero si el pedir o dar el perdón, resulta difícil, entonces aprendamos a prevenir y regular nuestras emociones, para que el día, no se experimente lo opuesto a lo que el ambiente es propicio, hasta que llegue el momento de tomar esa decisión de reparar, de aceptar, sobrellevar o cambiar.
Porque al final, la famosa frase de: “Madre hay una sola” y justo te viene a tocar a vos.