Para el historiador Manuel Lizondo Borda -con el que varios otros coinciden (podría decirse que la mayoría)-, “Tucumán” proviene de la palabra en quechua “yucuman”, que significa “lugar donde nacen los ríos”. El histórico doctor Juan Dalma nació (el 18 de junio de 1895) en Fiume, una ciudad en ese entonces del imperio Austrohúngaro. Actualmente se trata de Rijeka, una de las ciudades más importantes de Croacia. Tanto “Fiume” como “Rijeka”, significan una misma cosa: río. La casualidad nos persigue desde ese nacimiento a fines del siglo XIX hasta el viernes pasado en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán. Allí, donde por la mañana, sonaron los himnos de Argentina y de Croacia. Juntos, uno seguido del otro, como si se tratara del partido de un Mundial de fútbol, esos que tantas veces jugaron ambas selecciones. Ambas canciones antecedieron en realidad un acto que terminó por hermanar dos ciudades separadas por miles de kilómetros y unidas por un río llamado Juan Dalma.

¿Quién fue Juan Dalma?

Nos abstraigamos tan solo un momento del acto del viernes para explicar lo siguiente: Juan Dalma fue el organizador de la Escuela de Medicina de la UNT. Cuando llegó a Tucumán, en 1948, tenía 53 años y ya contaba con una trayectoria importante. Se había especializado en Psiquiatría en Reggio Emilia, Cremona, París, Padua. Había creado, organizado y dirigido el Hospital Psiquiátrico de Fiume. ¿Cómo fue que llegó? La UNT lo contrató el 15 de julio de 1948, como regente (asesor cultural del rector). Dalma, que aceptó la propuesta, puso en marcha y dirigió en el primer año la Escuela de Medicina, luego de un viaje de cuatro meses por diferentes universidades europeas para actualizar sus conocimientos referentes a la organización de la escuela. Dirigió esa escuela entre 1 de diciembre de 1950 y el 9 de agosto de 1951, año en que se convirtió en Facultad. Si bien su trabajo era mundialmente reconocido, no había sido una absoluta casualidad su llegada a la provincia. Es que el nombre de Tucumán le era familiar a Dalma porque en la década del ‘30, uno de sus hermanos vino a nuestra ciudad. Gustavo Dalma, prestigioso químico, trabajó junto a Horacio Descole en el Instituto Lillo desde 1939.

“Follow the steps”

Volvamos al acto, a los himnos, a la hermandad croata tucumana. “We wanted to follow the steps of Dalma”, dice durante su discurso en la Facultad de Medicina de la UNT, Goran Hauser, decano de la Facultad de Medicina de Rijeka, en Croacia, esa donde Dalma se formó como médico. La traducción es sencilla: “Queríamos seguir los pasos de Dalma”. Claro, se trata de uno de los hijos pródigos de esa casa de estudios. Para ello hicieron una investigación interna y encontraron rápidamente a Tucumán y su universidad, vinculados a su ídolo académico. Posteriormente hicieron los contactos tanto con la Fundación Miguel Lillo como con la Universidad y, tiempo después, Hauser estaba hablando en el aula Juan Dalma de Lamadrid 875. “Para nosotros saber en donde estuvo y qué hizo Juan Dalma acá en Tucumán es muy importante. Fue un hombre con los horizontes muy abiertos. Hasta hace poco tiempo nosotros mismos no sabíamos de la importancia de Juan para nuestra propia universidad y gracias a nuestras investigaciones ahora lo sabemos. Lo mismo con Tucumán y por eso queríamos venir”, le explica el decano Hauser a LA GACETA, luego de su discurso que también escucharon atentos Mateo Martínez, decano de la Facultad de Medicina, Liliana Tefaha, la vicedecana y Luis Medina Ruiz, Ministro de Salud de la Provincia.

SOCIEDAD. Hauser habla delante de las banderas de Croacia y Argentina.

Hauser, así como toda la comitiva europea que llegó que paso el fin de semana en la provincia, hablan en inglés en el acto y durante las reuniones de protocolo. Son extranjeros dentro de una facultad que recibe y recibió a muchos de ellos durante toda su historia. “Estamos muy felices de estar aquí. Nos sentimos muy tocados por la hospitalidad que nos han brindado en este viaje y creo que va a ser el comienzo de una gran amistad”, dice Hauser. Es que como él, varios extranjeros -entre ellos Dalma- se sintieron así al llegar a la provincia.

En Tucumán, Dalma no solo estudió sino que se transformó en un activo protagonista de la actividad cultural de la provincia. Primero vivió en la calle Marcos Paz 410 y luego en el pasaje Sorol 428. Escribió sobre diversos temas y artistas como Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, análisis de obras de Emile Zola, Anatole France, D’Annunzio, Séneca y Erasmo. En un Congreso de Psiquiatría en España, conoció a Iván Petrovich Pavlov, descubridor del reflejo condicionado, y a Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, con quien mantuvo correspondencia.

“Juan Dalma era un hombre que tenía la duda permanente”

“También se carteó con el psiquiatra suizo Carl Jung y el premio Nobel Albert Einstein, a propósito de la relación espacio-tiempo que había encontrado en escritos de Da Vinci”, rememora un artículo de este diario de 2011. El doctor Dalma obtuvo el diploma de ‘Commendatore della Corona d’Italia’ y luego recibió el de ‘Cavalieri Ufficiali’ de la República de Italia. Fue miembro correspondiente de la Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires y de la Sociedad de Historia de la Ciencia; miembro de honor de la Sociedad Argentina de Humanismo Médico (Buenos Aires). Fue experto de la Organización Mundial de la Salud y presidente honorario de la Sociedad Dante Alighieri de Tucumán.

Los convenios firmados

La visita tenía otros importantes objetivos, además de recordar a Dalma, que ya era en sí algo relevante. Mateo Martínez, decano de la Facultad de Medicina explicó: “Firmamos un importante convenio con la Universidad de Rijeka junto a las Facultades de Ciencias Naturales y Agronomía y Zootecnia, que es un acta de cooperación para desarrollar distintas actividades en el marco de la salud. Esta acta acuerdo va a posibilitar muchas cosas, desde programas de intercambio estudiantil, tanto en grado como en posgrado, programas de intercambio docente, estadías, pasantías breves de un lado al otro y todo eso se va a trabajar con convenios específicos y naturalmente buscando el financiamiento concreto”, detalló.

“El intercambio comienza con los estudiantes. Facilitaremos las cosas para que los estudiantes de Tucumán puedan ir a Croacia, después seguiremos con los profesores y luego con las autoridades”, explica Hauser.