Mendoza lanzó una innovadora iniciativa para combatir el dengue, utilizando una técnica inspirada en el exitoso control de la mosca del Mediterráneo. El proyecto, impulsado por el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen), busca reducir la población del mosquito Aedes aegypti, el principal transmisor del dengue, a través de la liberación de mosquitos genéticamente modificados.

El inicio del proyecto

En la primera fase del plan, el Iscamen liberó 10 mil ejemplares de mosquitos "rojos flúor" en el Barrio La Alameda, en el distrito de Bermejo, Guaymallén. Estos mosquitos son estériles y fueron irradiados con rayos gamma para impedir su reproducción. A medida que los machos se aparean con hembras silvestres, el ciclo reproductivo se interrumpe, lo que lleva a una reducción progresiva de la población de mosquitos.

Este experimento, que también se repetirá en otras zonas del Gran Mendoza como Godoy Cruz y Las Heras, cuenta con el apoyo del Ministerio de Salud de la provincia y la Municipalidad de Guaymallén. La primera etapa permitirá observar el comportamiento de los mosquitos de laboratorio en el entorno natural, un paso clave para evaluar su efectividad.

¿Cómo funciona la técnica?

La estrategia de los mosquitos estériles se basa en la técnica del insecto estéril (TIE), que fue utilizada con éxito en otras partes del mundo, incluida Mendoza, para combatir plagas como la mosca del Mediterráneo. La TIE consiste en criar masivamente insectos en laboratorios y someterlos a radiación para volverlos estériles. Luego, se liberan en grandes cantidades en el medio ambiente, donde compiten por el apareamiento con los insectos silvestres.

Dado que las hembras de Aedes aegypti solo se aparean una vez en su vida, al copular con los machos estériles, no logran producir descendencia, lo que reduce de manera significativa la población de mosquitos transmisores del dengue.