Recientes informes sobre los efectos de la utilización excesiva de las redes sociales entre adolescentes genera preocupación por las consecuencias que, se advierte, tienen ya sobre ellos. Incluso un estudio realizado por el diario “The New York Times” revela una tendencia preocupante: la mitad de los jóvenes lamenta que las redes sociales se hayan inventado dado que, según se registra en una encuesta, sufren trastornos alimentarios, depresión, ansiedad y su uso compulsivo les afecta la vida diaria. La encuesta, que exploró las percepciones de adolescentes y adultos jóvenes sobre plataformas como Instagram, TikTok y X (ex Twitter), señala que la mayoría reconoce los efectos perjudiciales de su uso, desde problemas de imagen corporal hasta trastornos del sueño

En nuestro medio, un estudio de una psicóloga publicado en la revista científica “Las Condes” menciona la asociación entre el uso excesivo de las redes sociales y problemas como depresión, insomnio, déficit de atención y hasta un menor rendimiento académico. Además, los jóvenes que pasan muchas horas conectados no sólo tienen problemas para dormir, sino que también tienden a sufrir aislamiento social y una mayor dificultad para tomar decisiones. Se les complica su vinculación social. Esto es más serio, dice la psicóloga, en el caso de los más pequeños, dado que jugar con pantallas sustituye la interacción humana y puede afectar su desarrollo motriz, social y del lenguaje.

Un estudio citado por la presidenta del Colegio de Psicólogos de Tucumán señala que el 33% de los usuarios de redes sociales en Latinoamérica tienen entre 15 y 24 años y casi la mitad del tiempo que pasan navegando en internet lo hacen conectados a una red social. Esto responde a la necesidad natural de los adolescentes de sentirse parte de un grupo y los ayuda a definir su identidad. La presidenta de los Psicólogos advierte que con las redes sociales están más empujados a convertirse en consumidores.

En este sentido, es de notar que el uso de pantallas y la conexión a redes sociales forma parte de la vida cotidiana también de los adultos. Estos son precisamente los que deben regular el tiempo y los contenidos para poder ayudar a los jóvenes para no caer en la adicción a las redes y no sufrir los efectos que eso les genera. Los adultos necesitan crear un equilibrio y no prohibir, señalan los expertos, y afianzar su posición de autoridad para no dejar a los jóvenes orientarse en la vida por modelos que vienen de afuera, “modelos que provienen de las redes”, como señala la psicóloga. Asimismo, a nivel de los responsables de la sociedad se deben tener en cuenta los fenómenos que generan desafíos comunitarios a raíz de las facilidades que da la tecnología, como es el problema de la ludopatía que se extiende entre los jóvenes.

Es crucial que tanto padres como educadores estén atentos a los riesgos y que trabajen en conjunto para educar a los jóvenes sobre el uso responsable de las redes sociales