El Hernán Drago que aparece recurrentemente en televisión desde hace 15 años (ahora en “Bienvenidos a ganar”), que conduce eventos y que es modelo de ropa interior cerca de cumplir emdio siglo de vida es muy distinto del Hernán Drago niño, cuando era un alumno de primaria y sufría bullying por su obesidad.

Es que, aunque cueste creerlo por su físico envidiable, tuvo sobrepeso por muchos años y fue objeto de burlas y ataques. Sobre ello dará testimonio esta noche, en una charla de concientización durante la entrega de los premios Madre Teresa (ver “Reconocimientos”), que organiza Rubén Gurnier. “Me genera emoción, gratitud, alegría y orgullo por estar parado en el escenario entregando este galardón por la gente que lo recibe y merece; es gente solidaria, de bien, que en silencio muchas veces trabajan y trabajan y trabajan, dejando sus propios intereses y sus propias familias, con sacrificio, para darle a los demás. Ser parte es una mezcla de sentimientos positivos”, le dice a LA GACETA.

Hernán Drago en Tucumán: "fui obeso y sufrí bullying por parte de mis compañeros"

- ¿Se puede detectar si tu hijo o un conocido es víctima de un ataque?

- ¿Quién conoce mejor un hijo que un padre presente, no? La cara que pone no es normal si está sufriendo; si le gusta el fútbol, no es normal que no quiera ir o que ponga excusas muy seguido: que le duele la cabeza, que le pasa esto, que le pasa lo otro. Uno va a detectar cuando dice no. La carita no miente (NdelaR: Hernán tiene dos hijos, Luka y Lola).

- A partir de ese momento, hay que actuar...

- Es otro lado de la pregunta y me gustaría explayarme. Cómo se procede, para mí es lo importante y lo digo como padre y como víctima del bullying de aquellos años, que los recuerdo muy bien. No me predisponía a bien que un adulto, sea un padre un tío, me diga “che, ¿estás bien vos? ¿Te pasa algo?” Yo no iba a responder: “quiero hablar con vos”. No, no es la manera de preguntarle al niño. “Vos sabés que con el tío podés contar, ¿no?”. No es la manera. Yo jamás hablé cuando alguien me lo proponía así. Como adulto, nos encantaría que venga el sobrino o el hijo y que te diga: “¿puedo hablar con vos? Mirá, me está pasando esto”. Pero no lo dicen así. Lo expresan no queriendo ir a jugar al fútbol, no queriendo salir a las fiestas que salen todos, no queriendo hacer las cosas que uno como padre sabe que les gustan... buscan excusas y no quieren participar. Entonces, creo que se detecta mucho más fácil de lo que se puede solucionar. Solucionarlo no es fácil, detectarlo sí.

- ¿La gordofobia es una de las agresiones más comunes y normalizadas?

- No sé si es una de las fobias o agresiones más comunes, pero sí una de las más normalizadas. Lamentablemente sí. En este mundo tan avanzado, todavía hay gente que equilibra un poco la balanza para abajo. Pero confío, siento y sé que es cuestión de tiempo revertir ello, gracias a Dios. Con muchos otros temas se ha ganado mucho terreno y ya no se burlan de cosas que hace 20, 30, 40 años o más, cuando yo era chico. Me parece que es inevitable que con el paso de los tiempos se termine. Ojalá no me equivoque.

- ¿Hay formas de evitar los mandatos sociales impuestos sobre la figura?

- Claro que hay formas de evitar los mandatos: con charla, con amigos, con una sociedad que no opine, con conocerse uno por supuesto... Todo esto uno lo va pensando a medida que deja la adolescencia atrás y se da cuenta que no pasa por ahí la vida. Yo tengo que ir a mi experiencia de infancia, desde los siete u ocho años hasta la preadolescencia y adolescencia. No es tan fácil dejar de lado esos mandatos. Pero a mis hijos, 30 años después, se los hice saber y creo que encontraron un equilibrio. Como niño es difícil dejarlo de lado, pero si el padre le quita importancia, creo que se torna un poco más fácil.

- Tu situación fue vivida en la escuela, que supuestamente debería ser la institución que detecte, evite y corrija esos comportamientos, ¿qué falló?

- Mi vivencia era vivida en dos contextos: en la escuela, como bien decís, y en el club y muchas veces elegía no ir para que no sucedan esas burlas. Y en la escuela, ¿qué falló? Un poco de todo. Si nos ponemos en tiempo y forma, había temas tabúes, de los que no se hablaba. La comunicación, como uno la decía de niño, era mal tomada por las autoridades y por supuesto que me hago cargo de lo que digo. Si yo quería hablar, la maestra lo elevaba a la directora; la directora hablaba con el alumno o con la madre del alumno; la madre hablaba con mi compañero y al día siguiente era peor el sufrimiento que le propinaban a uno. “Ay, así que la mamita de fulano vino a hablar”... Básicamente, la atención y las maneras de las escuelas en aquellos momentos fue equivocada. Repito porque es muy importante. No detectaban o, peor así, si detectaban estos casos hacían la vista de costado y pateaban la pelota a la casa. Y para que esto se termine, involucra al 100% de la sociedad en todos sus contextos: en el club, en la calle, en la familia y en la escuela. Pero en aquel momento, la escuela no se hacía más cargo que citar a los padres de los chicos que propinaban el bullying. Eso falló.

- ¿Conocés casos de que la víctima de una agresión se convierta en victimario?

- Que yo recuerde no, por lo menos con el grupo de cuatro o cinco chicos con el que yo me juntaba, todos éramos víctimas, no éramos victimarios. Tal vez, a manera de intentos de defensa, devolvíamos una de vaya a saber cuántas agresiones verbales, para ver si eso opacaba y calmaba las agresiones, pero no recuerdo esos casos.

- ¿Cuáles son los valores y principios que deben sostenerse para evitar comportamientos agresivos?

- Los valores y principios claramente son la familia, el diálogo y sobre todo el respeto. Yo sé que es muy lindo esto con palabras, pero les puedo asegurar que, siendo una persona de diálogo, de comunicación y de respeto, se siente mucho más lindo cuando uno lo aplica más de lo que lo dice, cuando uno es respetuoso, cuando uno lo dice, cuando uno es educado. También recomiendo y le aconsejo a la gente que va a ser mucho más feliz él y el resto de la sociedad; una vez escuché de un psicólogo que dijo: “mira, la persona que es feliz no jode a nadie”. Entonces claramente hay que tratar el tema con los niños, sobre todo porque de grande uno ya se tiene que hacer cargo de sus actos, pero los niños que propinan bullying, tienen hay una infelicidad también ahí. Repito, el que es feliz no jode a nadie.

- ¿Cuál querés que sea tu legado?

- Esta es otra gran pregunta, rumbo a mis 50 años. Mi legado es mantener un apellido honorable, el que me heredó mi papá, y que la gente me recuerde como una persona respetuosa, feliz, que pasó bien por esta vida; después la vida, como ya habrán conocido, me ha hecho cumplir muchos sueños y me ha puesto el amor de gente que jamás me imaginé, de gran parte de la sociedad, gracias a un programa de televisión que tocó en un tiempo de pandemia, que se masificó, yo todavía, el día de hoy salgo a la calle y son muchas, muchas, muchas las personas de todo tipo de edad, niños y de 90 y más años también, que le brindan su amor. Quiero que la gente me recuerde así. Este tipo fue feliz, fue un tipo incapaz de joder a nadie, con aciertos y errores como todos, pero incapaz de joder a nadie. Y mi humilde mensaje, como dije antes, aunque no soy quién para dejar un consejo, es sean buena gente, hagan la suya sin joder a nadie. Les juro que está buenísimo.

EL ORGANIZADOR. Rubén Gurnier entrega los premios Madre Teresa.

Reconocimientos

Ceremonia presencial

Esta noche a las 21, en el salón Pacará Center (Córdoba 417, reservas al 381-4744498) se entregarán premios Madre Teresa, un evento organizado por Rubén Gurnier en distintas provincias y con el que desde hace más de 15 años rinde homenaje a personas e instituciones comprometidos con la responsabilidad y la solidaridad social. El modelo y conductor Hernán Drago participará como invitado especial, con una charla motivacional contra el bullying, compartiendo su experiencia personal y dejando un mensaje positivo para la comunidad. “Buscamos fusionar la solidaridad con la generosidad del corazón”, señaló Gurnier. Recibirán su reconocimiento dirigentes sociales y políticos, empresarios, periodistas y conductores de TV.