Un 30 de octubre de 1983, el pueblo argentino, en especial los radicales, festejó el triunfo de la democracia, encarnado principalmente por Raúl Ricardo Alfonsín. Hoy, insólitamente -y no sorprendidos, no es la primera vez-, Milei trata de descalificar su persona y su trayectoria; ahora endilgándole ser de su autoría la caída de Fernando de la Rúa. Solamente a él, que debería leer ese rezo laico que es el preámbulo de la Constitución, aprendería quién fue Alfonsín. Uno se pregunta: ¿este hombre de extrema derecha qué pretende? Él fue asesor económico en el Congreso de quien luego fue condenado por delitos de lesa humanidad. ¿Cómo habla de esa manera? Quienes vivimos esa época no sabemos qué hacía este personaje. Pero por lo menos que tenga respeto y dé honor a quien los argentinos le debemos mucho.

José Luis Avignone 

Marcos Paz 922 – S. M. de Tucumán