Como todos los años, aunque cada vez más amenazante para la salud de los habitantes, la nube de humo tóxica se instaló en la capital india de Delhi y en el distrito pakistaní de Lahore. Los síntomas típicos avisan su llegada: garganta irritada, ardor en los ojos, y con mayor gravedad mareos y opresión en el pecho. Estos signos se vuelven usuales en la época de neblina, que obliga a los habitantes a resguardarse ante la inminente visita de este nocivo fenómeno.

El necesario control de la contaminación

Los habitantes de la ciudad capitalina de Delhi, en los límites de la India se preparan nuevamente para la llegada de la anual niebla tóxica, que se ha vuelto una normalidad desde hace ya una década. El advenimiento de este aire nocivo marca el incio de la “temporada de contaminación” que afecta a más de 25 millones de personas, donde el oxígeno que se respira es de la más baja calidad, estableciéndose en la categoría de “muy malo”.

La nube de humo tóxica es una normalidad en Delhi y Lahore hace una década

La realidad es la misma en la ciudad pakistaní de Lahore hace unos días, donde viven más de 14 millones de personas. La calidad del aire de aquella locación ha caído considerándose de los peores niveles del planeta. La contaminación del ambiente es hasta 15 veces superior de los parámetros considerados saludables. Así la ciudad se envuelve en un panorama lúgubre, con una densa nube de humo marrón que esconde el sol por un tiempo. El índice de calidad del aire, “saludable” es 50; la semana pasada, en la ciudad de Lahore, este valor superó los 700. 

Ambas ciudades separadas por unos 410 kilómetros han sido advertidas de que las medidas para erradicar aquellas toxinas están prontas a ejecutarse. Los gobiernos locales han hecho promesas y anunciado medidas para prevenir los niveles catastróficos de contaminación que se han convertido en un fenómeno anual durante la última década. Pero la gente se queja de que el humo marrón ha llegado incluso antes de lo habitual y afirma que todas las políticas para detenerlo han fracasado.

Este humo provoca problemas en la salud de los habitantes como mareos y opresión en el pecho.

La calidad del aire se ve afectada por la acción de agricultores, industrias y fábricas

“Este año, el cielo ya estaba nublado en octubre y el humo se siente más tóxico que nunca”, expresó Jawaria de 28 años, quien vive en Pakistán. La joven denunció que había estado enferma desde que la contaminación empeoró. “Es peor cada año; el aire pasó de ser ligeramente preocupante a ser extremadamente peligroso. Y es sumamente triste, porque Lahore solía tener estos días de invierno frescos y soleados, en los que caminabas por las calles y respirabas el aire fresco. Esos días ahora parecen un recuerdo lejano”.

Las causas de aquel aire contaminado se encuentran en las prácticas de los agricultores, los cuales queman los residuos de sus cultivos para limpiar sus campos de forma rápida y económica. A pesar de que es ilegal en la India y Pakistán, la aplicación de la ley es débil y esta continua sin más obstáculos. A su vez, la calidad del aire se ve empeorada por las emisiones industriales de las fábricas y de la construcción, así como por los humos de los camiones y los automóviles, que quedan atrapados sobre las ciudades cuando llega el aire frío del invierno.