Un estudio reciente de la American Heart Association reveló que un hábito laboral específico tiene consecuencias graves en la salud. Incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y también acelera el proceso de envejecimiento

En una sociedad en la que el sedentarismo se volvió inevitable para muchos, los expertos destacan la importancia de implementar hábitos de movimiento regulares a lo largo del día. Aunque las pautas tradicionales de ejercicio físico siguen siendo relevantes, cada vez más estudios apuntan a que es crucial limitar el tiempo sentado para reducir el impacto de un estilo de vida sedentario.

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Como apunta el Dr. Marc Hamilton, experto en fisiología de los músculos de la Universidad de Houston, “nuestros cuerpos fueron hechos para moverse durante todo el día”.

Cuál es el hábito laboral que acelera el envejecimiento

Según un estudio reciente de la American Heart Association, pasar más de 10 horas al día sentado incrementa el riesgo de padecer enfermedades del corazón y reduce la esperanza de vida, incluso en personas que se ejercitan regularmente.

Según Katy Bowman, biomecánica y autora del libro My Perfect Movement Plan, “sentarse en realidad te está haciendo envejecer más rápido”, ya que afecta la salud ósea, muscular y metabólica de manera significativa. Bowman afirma que lo que comúnmente se percibe como signos naturales de envejecimiento pueden estar relacionados en gran medida con el tiempo que pasamos sentados.

Cómo evitar el sedentarismo laboral y prevenir el envejecimiento

Aunque eliminar por completo el sedentarismo laboral puede parecer imposible, los expertos coinciden en que existen formas efectivas de contrarrestar estos daños.

- Añadir movimiento a la rutina diaria: los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU recomiendan al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana. Sin embargo, quienes pasan muchas horas sentados pueden necesitar hasta el triple de esta cantidad para contrarrestar los efectos del sedentarismo. Actividades como caminar, subir escaleras y realizar breves estiramientos durante el día ayudan a mejorar la circulación y reducir el riesgo de enfermedades asociadas.

- Tomar descansos frecuentes: una de las recomendaciones más simples y efectivas es ponerse de pie cada 30 minutos y caminar un poco. El ejercicio fisioterapeuta Brian Cleven sugiere incluso realizar pequeños ejercicios en el lugar de trabajo, como flexionar los pies o levantar los talones mientras se está sentado, para activar la circulación y reducir la fatiga muscular.

- Utilizar un escritorio de pie: aunque trabajar de pie puede no ser una solución definitiva, permite cambiar de posición y mantener los músculos activos. Sin embargo, los especialistas advierten que no debe utilizarse como reemplazo de la actividad física regular. El objetivo es alternar entre estar de pie y sentado a lo largo del día para mantener la circulación activa y evitar los problemas derivados de permanecer en una misma posición.

- Incorporar fidgeting o pequeños movimientos: en situaciones en las que no es posible levantarse, como durante un viaje, se pueden hacer movimientos pequeños o ajustes de posición, como cambiar la postura de las piernas o estirar los brazos. Aunque esta estrategia no reemplaza la actividad física, ayuda a reducir la tensión en los músculos y a mejorar la circulación.

- Establecer recordatorios y objetivos de movimiento: con la tecnología actual, existen aplicaciones y dispositivos que pueden ayudar a recordar a las personas que deben moverse. Además, pequeños paseos después de las comidas, como sugiere el Dr. Edward Phillips de la Harvard Medical School, son beneficiosos para la regulación de la glucosa y el estado de ánimo, permitiendo además romper la rutina de inactividad.