El Ministerio Público Fiscal procesó a una joven de 22 años acusada de haber sustraído bienes de la vivienda de un hombre bajo la modalidad delictiva de “viudas negras”. La imputada, Micaela Magalí González, estará bajo arresto domiciliario por los próximos ochos días.

El hecho ocurrió durante la madrugada del 20 de octubre, alrededor de las 2.30. La víctima y la joven solían contactarse a través de redes sociales y WhatsApp, pero no se conocían en persona. El domingo, el hombre le envió un mensaje invitándola a su casa, ubicada en la calle Batalla de Suipacha al 1.400, San José, Yerba Buena. Según la teoría del caso de la Fiscalía de Robos y Hurtos III, a cargo de Carlos Picón, González habría accedido, por lo que el hombre fue a buscarla de la intersección de las calles Buenos Aires y Alsina. Una vez que estuvo en el interior de la vivienda habría colocado un psicofármaco en el vaso de la víctima lo que provocó que perdiera el conocimiento.

La imputada, aprovechándose de la situación, sustrajo un microondas, un monitor LCD de 15 pulgadas, un teclado de computadora, una consola de PlayStation 5, dos mandos originales de la consola, una camisa, una billetera con el DNI y las tarjetas de crédito y débito del denunciante, un celular Samsung, zapatillas deportivas. Además, habría realizado una transferencia bancaria de $50.000 desde el celular y cuenta de la víctima hacia su billetera virtual. Una vez que tuvo los bienes en su poder, se dio a la fuga del lugar.

Pasadas las 17 el hombre recuperó la conciencia y al notar que no estaban ni sus cosas ni la joven, se acercó a la comisaría para denunciar lo sucedido. Tras una serie de investigaciones, el personal policial encontró el domicilio de la sospechosa, ubicado en Villa 9 de Julio, por lo que solicitó un allanamiento. La medida fue llevada a cabo por un equipo de la Unidad de Investigaciones Criminales y Delitos Complejos de Yerba Buena, al mando del oficial principal Jorge Banegas, donde secuestraron prendas de vestir que pertenecerían al denunciante, fármacos del tipo analgésicos, relajantes musculares, un teclado y celulares que próximamente serán peritados.

Luego de leer la teoría del caso y de exponer las evidencias recolectadas hasta el momento, el auxiliar de fiscal Pablo D’ Andrea imputó a González como la presunta autora del delito de robo simple. El abogado defensor, Ricardo Rizzo, no se opuso a la formulación de cargos pero sí informó que alentó una serie de irregularidades en el procedimiento practicado en la vivienda de su pupila.

González, luego de escuchar la acusación en su contra, negó haber estado en la casa del hombre y dijo que solamente habían tenido contacto por redes sociales. “El sábado empezó a mandarme mensajes a las 23 diciéndome que nos veamos. Yo le dije que no porque tenía que atender a una clienta a la mañana siguiente; él me preguntó cuánto me iba a dar la clienta y que me lo iba a pagar él pero le dije que no. Cuando me levanté al otro día tenía una transferencia de $50.000 y un audio de él. Yo lo bloqueé porque me pareció muy insistente de su parte y sentí que me comprometió en decir "te doy esto para que me vengas a ver". Al día siguiente vino a mi casa su hermano, que es abogado, con la denuncia ya hecha”, declaró.

El representante del MPF solicitó que González fuera sometida a ocho días de prisión preventiva en modalidad de arresto domiciliario mientras continúa la investigación. Rizzo, por su parte, se opuso a la medida de coerción y en cambio propuso que fuera sometida a medidas de menor intensidad. Finalmente, la jueza Eliana Gómez Moreira resolvió hacer lugar al pedido del MPF y dispuso  que la  imputada quede bajo arresto domiciliario por los próximos ocho días