¿Cuántas oportunidades perdió Atléticoa lo largo de la temporada? Muchas. El tren pasó en reiteradas ocasiones y el “Decano” nunca llegó a subirse. Ni siquiera sacó el ticket necesario para viajar por el continente; un objetivo que no consigue desde hace varios años. Sí, siempre llega un minuto más tarde del horario de salida. En Santa Fe, el final de la película no cambió: las posibilidades de entrar a las copas internacionales se disminuyeron considerablemente.

Es cierto, los números todavía brindan posibilidades: quedan 15 en juego y el equipo de Facundo Sava está a 10 unidades de Independiente que se estaría quedando con la última plaza.

Pero eso debería llevar algunos asteriscos. Si Racing se consagra campeón de la Sudamericana y Boca o Vélez se quedan con la Copa Argentina, se liberarán dos cupos en la tabla anual. El resultado sería que la clasificatoria se extendería hasta la duodécima posición, sitio en el que se ubica Lanús con 49 puntos. Es decir, seis más que el “Decano”.

La otra vía es consagrarse campeón de la Liga Profesional, aunque parecería una utopía con la situación que atraviesan en 25 de Mayo y Chile.

Todo esto remite a una sola pregunta: ¿cuál fue la causa que alejó a Atlético del objetivo?

A priori podría mencionarse la cantidad de ocasiones perdidas por el equipo de Sava a lo largo de la temporada. Si bien frente a River era previsible una posible derrota como la que finalmente sufrió, ese golpe hizo que el “Decano” perdiese muchísimos puntos.

La derrotas contra Belgrano y Tigre en condición de local hablan por sí solas; aunque tampoco puede obviarse la caída frente a Riestra, un rival directo en la zona de copas y el empate con Godoy Cruz. A esta lista se tendría que sumar el reciente tropiezo en Santa Fe; y claro, el flojísimo rendimiento que tuvo durante la Copa de la Liga en el que solamente sumó una victoria. Ese registro paupérrimo para un equipo que aspira a ser protagonista terminó por condicionar el resto de la temporada.

Sin embargo reducirse a estos aspectos sería demasiado simplista y resultadista. Es cierto, el marcador determina si lo realizado es un “fracaso” o “positivo”. Más en estas ocasiones en las que no hay un trofeo de por medio. Entonces, ¿por qué el sueño copero está lejos de Tucumán? La respuesta se resume en tres características que arrastró Sava desde el inicio de su ciclo: la irregularidad de rendimiento, la inconsistencia del “11” y las escasas respuestas que tuvo en el banco de suplentes.

Atlético nunca pudo lograr un equilibrio

El primer aspecto se reflejó en las últimas cuatro presentaciones. De local frente a Lanús y a Sarmiento, Atlético mostró una versión que ilusionó. La banda izquierda compuesta por Juan Infante y Mateo Bajamich parecía ser el fuerte ofensivo del equipo. A esto se sumaba la reincorporación de Mateo Coronel, que rápidamente se erigió como un referente del ataque y volvió a consolidar la dupla ofensiva con Marcelo Estigarribia; el mismo dúo que había ilusionado a los hinchas durante 2023.

Sin embargo, el juego veloz y la fiereza defensiva no pudieron ser sostenidas en sus salidas de la provincia. Frente a Godoy Cruz, el equipo “regaló” la primera mitad y el “Tomba” no lo desaprovechó para nada. Santino Andino complicó a Moisés Brandán y fue un dolor de cabeza para la defensa. Así, el “Decano” se vio obligado a replegarse en defensa por lo que casi no tuvo oportunidades. En el complemento cambió la cara, y si bien “Chelo” encontró la igualdad rápidamente, no generó más ocasiones de peligro.

Algo similar se vivió frente a Unión. Atlético, una vez más, se enfocó más en defender y ralentizar el juego; una estrategia que volvió a pasarle factura. Unión no lo atropelló ni lo superó por completo. Es más, lo respetó demasiado para ser local. Pero Atlético no mostró ni un atisbo de rebeldía para quebrar con la defensa “tatengue”. Es cierto, la pelota parada fue el aspecto más positivo que expuso en los primeros 45’, pero lo cierto es que no hubo asociaciones ni transición entre el mediocampo y el ataque. Sólo una individualidad podría haber inclinado la balanza a su favor, situación que no sucedió.

Todo esto hace que los jugadores se mostraran autocríticos con su rendimiento tras la derrota. “No fue nuestro mejor partido con la pelota ni con las situaciones de peligro. Lo poco que creamos fue por medio de la pelota parada. No sufrimos mucho, pero cuando te quedás con un hombre menos es difícil. La expulsión es innecesaria y termina siendo determinante. Creo que el árbitro la hubiese podido obviar”, comentó Estigarribia.

El segundo punto también se vio reflejado en la última seguidilla de partido. Fácil sería quedarse con la expulsión de Gianluca Ferrari, la causa que desordenó la defensa del “Decano”. Pero las suspensiones por quinta amarilla, las lesiones y las tarjetas rojas hicieron que Sava tuviera que realizar “malabares” para sostener un “11”.

En el último duelo, Renzo Tesuri y Nicolás Romero no estuvieron disponibles; contra Sarmiento, el DT tampoco había contado con Guillemo Acosta. A esto deberían sumarse las lesiones de Rodrigo Melo y Franco Nicola. Todos condicionantes que obligaron al DT a rotar los nombres de manera constante. “Todo se desvirtuó con la expulsión, creo que el árbitro se arrebató un poco. No era para sacar las dos amarillas de manera seguida. Después el partido se hizo cuesta arriba. Ellos juegan bien. El calor forma parte de esto y nos costó sobre el final”, criticó Tomás Durso.

Incluso la convocatoria certifica esta situación. No es casualidad que Sava haya citado a nombres como Facundo Pimienta y Leandro Olima que, si bien no sumaron minutos, deja en claro lo corto que es el plantel.

El tercer inciso es una consecuencia del segundo: Atlético no encuentra soluciones entre los suplentes y es un aspecto que preocupa. No es que el “Decano” pierda la esencia de juego, pero en casi todos los partidos ninguno de los que ingresaron mostraron capacidad para cambiar la ecuación. En definitiva, ninguno provoca la revulsión necesaria para cerrar o dar vuelta los partidos.

Todo esto hace que el panorama del “Decano” sea complicado de cara al final de la temporada. Restan sólo cinco fechas y la clasificación al plano internacional está difícil. Sin embargo, mientras todavía haya posibilidades, en 25 de Mayo y Chile nadie piensa tirar la toalla.