Estas últimas semanas húmedas regalaron jardines explotados de plantas, flores y de dulces estelas aromáticas. Pero las clivias, los agapantos, las varas de San José y los lirios tuvieron un fugaz paso por los canteros de algunos orgullosos jardineros tucumanos. De repente las largas hojas verdes comenzaron como a secarse y a quedar sólo una delgada tela blancuzca. Y a simple vista se podían ver unas pequeñas orugas, que con sus potentes mandíbulas devoraban los canteros de esas flores distinguidas. La culpable tiene nombre y apellido: Xanthopastis timais, de la familia noctuidae.  

Adriana Chalup, directora del Instituto de Entomología de la Fundación Miguel Lillo, que en este momento se dedica al estudio de los lepidópteros (mariposas y polillas), explica por qué llegaron a nuestro vergel, de dónde provienen y qué es recomendable hacer para evitar que arrasen con nuestras flores.

Cuidado con tus plantas: el alimento

¿Por qué esas pequeñas devoradoras sólo hicieron desaparecer unas cuantas especies de flores y a otras directamente no las tocaron? Chalup responde que estas orugas son fitófagas -es decir, se alimentan de materias vegetales- y esta especie en particular ataca a todas las plantas Amaryllidaceae, que son las de bulbo o rizomas, muy comunes en nuestros jardines. El “gran banquete” se da de forma gregaria; es decir, todas amontonadas. “La oruga puede llegar a comer todo el mesófilo de la hoja (es el tejido interno) y deja apenas como una telita, que es la parte externa. Parece que la reseca, pero en realidad devora la parte interna”, detalla la especialista.

Por otra parte, resalta que al tener mandíbulas muy fuertes y esclerosadas también puede comer bulbos o rizomas (el jengibre es un rizoma) enteros. “Y en esos bulbos estas oruguitas se refugian. Salen a comer de noche, ya que son polillas y tienen hábitos nocturnos”, agrega.

Cuidado con tus plantas: el porqué

Para Chalup esta primavera reunió las condiciones climáticas perfectas para la proliferación o para el pico poblacional de la Xanthopastis timais: tuvimos lluvias abundantes y no tanto calor. Condiciones a las que todos estamos acostumbrados, al igual que estas polillas que son de Sudamérica y de zonas del Caribe; y en Argentina están distribuidas en el norte. No es una especie introducida. Y en su afán “destructor”, la oruga no encuentra un enemigo natural que las haya parasitado o las haya atacado, resalta. De hecho, los pájaros no las comen demasiado y si fuera lo contrario, se harían de un abultado festín.

DEPREDADORA. Xanthopastis timais, de la familia noctuidae, es el nombre de la oruga que está atacando los jardines tucumanos. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ

Cuidado con tus plantas: la transformación

Esta voraz oruga -revela la bióloga- se convierte en una polilla muy vistosa, de colores llamativos, con manchitas naranjas y rosáceas, con un gran penacho de escamas negras y puntos blancos en la cabeza y en el tórax. “Viven entre treinta o cuarenta días. La polilla hembra va a colocar huevos agrupados, ya sea sobre las hojas o bien escondidos de los posibles predadores, que son las hormigas o las arañas. En las hojas ponen huevos y tienen una reproducción altísima. Del huevo a la oruga pasarán unos cinco días, de acuerdo a las condiciones climáticas (con elevadas temperaturas). Luego, la etapa de oruga dura  unos 10 días. Entonces, en esos 10 días el daño puede llegar a ser total, porque la tasa de supervivencia es muy alta. Cuando la oruga ha pasado por determinados estadios se transforma en pupa. ¿Qué quiere decir? Acá se va a producir la máxima transformación del ciclo total de la polilla y en otros 15 días que transcurre enterrada esa pupa va a formarse en la polilla adulta”, detalla.

Cuidado con tus plantas: ¿cómo erradicarlas?

Estamos a tiempo si todavía quedan restos de esas largas hojas verdes de las Amaryllidaceae en nuestro jardín. Chalup no aconseja fumigar, porque de esa forma se perjudica a animales que pueden llegar a ser benéficos, como abejas nativas o los mismos parasitoides de esta polilla. Sí sugiere hacer un tratamiento mecánico: sacar las larvas con una pala o con la mano y desecharlas, ya que de esta manera vamos a evitar que se pierdan los bulbos o toda la planta. “Sí entiendo que se fumigue en viveros o en grandes plantaciones, ya que pueden atacar cultivos, porque este grupo de plantas incluye también a la cebolla y al ajo”, resalta la investigadora.

Otro consejo: “sólo van a necesitar guantes si les da impresión agarrar estas orugas, porque en realidad a estas larvas se las puede tomar con la mano porque no son urticantes”.