Esta mañana, los concejales José María Canelada y Gustavo Cobos llevaron adelante en la peatonal una actividad de concientización sobre el peligro que generan para el medio ambiente las colillas de cigarrillos. Se dio en el marco del Día Internacional del Aire Puro, que se conmemoró ayer, y de la reciente aprobación de la ordenanza que impulsaron para la recolección y tratamiento de colillas en la capital. Además, instalaron un colillero, fabricado por el ambientalista Sergio Pérez. "Hoy los canteros parecen ceniceros gigantes en la capital", afirmaron los ediles.
Antes de llegar a la peatonal, los concejales recogieron cientos de colillas tiradas en la vía pública. "Cada una de estas colillas tiene la capacidad de contaminar 1000 litros de agua, tiene más de 7.000 sustancias contaminantes y unas 70, cancerígenas. Si a esto le sumamos que esta semana un estudio nos indicó que en Tucumán estamos respirando un aire con un nivel de contaminación que está seis veces por encima de lo tolerable, la situación ambiental se vuelve preocupante. Por eso salimos a charlar con los tucumanos para concientizar sobre este peligro. A partir de la aprobación de esta ordenanza, el municipio tendrá que instalar colilleros, no sólo para que este residuo no esté en la calle, sino también para que reciba un tratamiento diferenciado", explicó Canelada.
Por su parte, Cobos invitó a los tucumanos a mirar las veredas cuando caminan por la ciudad. "Es increíble la cantidad de colillas que se ven, por eso es importante contar el daño que pueden ocasionar. Entre todos, mediante la concientización, podemos empezar a cambiar esto. Y en paralelo, el municipio debe avanzar con la instalación de colilleros para la separación de residuos. Se debe implementar el trabajo de centros de tratamiento especial y la promulgación de la ordenanza para conocer que otras estrategias habrá para la separación de estos residuos. Hasta ayer, no aparecía promulgada en el boletín oficial".
Por último, el ambientalista Sergio Pérez, voluntario de Revolución Verde, contó que empezó a fabricar colilleros durante la pandemia. "Desde la Federación de la Organización Ambiental venimos concientizando hace mucho sobre el problema que generan las colillas de cigarrillos en el ambiente. Por eso empecé con los colilleros, con muchas dificultades. Tener esta ordenanza que impulsaron los concejales es como empezar a ver la luz al final del camino, para que el municipio se ocupe de la gestión integral, con la bioremediación correspondiente para el tratamiento de estos residuos. Ojalá que esta política pública se replique en todos los municipios", relató.
Por otra parte, Pérez aconsejó a los tucumanos que fuman que guarden las colillas en botellas de plástico hasta que el municipio indique la manera de desecharlas o el lugar donde se pueden depositar. "Si las dejan con la tapa puesta, el plástico evitará que se escapen los gases".