Se habla mucho de la contaminación ambiental y cómo afecta a las personas. Esto se refiere a partículas de todo tipo que son producidas por el hombre. Esa contaminación no permite que se vean las estrellas. Cuando alguien sale al campo de noche suele decir que hay muchas estrellas. Las estrellas están, solo que en lugares contaminados, no se pueden ver. Este tipo de contaminación no sólo afecta la visión del cielo. También puede afectar la salud de las personas, de los animales y a los cultivos que dependen de la luz del Sol. Ese material absorbente que se encuentra en la atmósfera hace que la radiación que llega a la superficie terrestre sea menor.
La iluminación artificial de calles, jardines, casas, etc., también afecta la posibilidad de ver las estrellas. Cuanto más iluminado está el cielo, menos es lo que se puede ver. No se pueden tener ciudades sin iluminación, pero si se puede tratar de que se mande la menor cantidad de luz hacia arriba. Esto se logra usando las luminarias adecuadas. Pero esto no es suficiente, también hay que tener en cuenta el material que se usa para las veredas, las calles y las paredes exteriores, que deben ser lo menos reflectantes posible. En algunas ciudades, en las que hay observatorios astronómicos cercanos, se regula el tipo de iluminación que se puede usar. Si es inadecuada no solo afecta la visión de las estrellas. También afecta a las personas, los animales y las plantas. Todos los seres vivos necesitan de la luz y de la oscuridad para que su organismo funcione adecuadamente. Uno de los motivos por los que en las grandes ciudades hay pocos pájaros es porque no sobreviven a la iluminación permanente. La eficiencia en la iluminación también significa un ahorro de energía, lo que es un punto a tener en cuenta.
Los satélites artificiales y los aviones contaminan el cielo. Los aviones porque dejan restos del combustible que usan para que funcionen los motores. Los satélites reflejan la luz del Sol y por eso se pueden ver durante la noche. Son pocos los que se pueden ver a simple vista, sin embargo, aun cuando sean pequeños aparecen en las imágenes de los grandes telescopios. En algunos grandes observatorios se detectaron más de 2.000 satélites por noche.
La atmósfera, aun cuando esté limpia de partículas, no es totalmente transparente. En la atmósfera hay vapor de agua. A veces forma nubes, pero no siempre. Los que están acostumbrados a los cielos oscuros del campo, pueden percibir si hay mucha humedad en la atmósfera, aun cuando no haya nubes y suelen decir que hay velo o que el cielo está velado. A medida que se sube en la montaña la humedad va disminuyendo, por eso los observatorios astronómicos se construyen en altura y si tienen espejos grandes se instalan a más de 4000 metros. La turbulencia en la atmosfera hace que las imágenes no sean nítidas y se vean temblorosas, como cuando miramos algo que está en el fondo de un lago. La turbulencia también es menor a grandes alturas.
Se puede disminuir la cantidad de partículas que se emiten, también la iluminación inadecuada. Los constructores de satélites están tratando de desarrollar materiales que no reflejen menos la luz del Sol y que sigan siendo resistentes a la radiación y los grandes cambios de temperatura del espacio exterior. Lo que no se puede mejorar es la cantidad de vapor de agua y la turbulencia de la atmosfera, pero se pueden buscar lugares en donde estos efectos sean menores. Gran parte de las causas que afectan la transparencia del cielo y son producidas por el hombre se pueden controlar, y eso se logra, simplemente, tomando la decisión de hacerlo. Todos tienen derecho a observar el cielo, y si no se hace nada, las futuras generaciones no tendrán la posibilidad de ver las estrellas. Sin olvidar como se verá afectada la salud de las personas, la de los animales y la de las plantas.