El mediodía del martes fue diferente en el complejo “Natalio Mirkin”. Casi 48 horas después de la eliminación de San Martín de Tucumán del Reducido contra Gimnasia de Mendoza, el plantel y Diego Flores tuvieron el primer encuentro cara a cara luego de la tormentosa noche de domingo.

La reunión marcó el cierre de un ciclo que había generado ilusiones en La Ciudadela pero que terminó en una doble frustración que marcará a fuego al entrenador y a muchos de los futbolistas.

La atmósfera que rodeaba el predio era de reflexión y seriedad. La jornada no estaba destinada a entrenamientos ni a la preparación de futuros partidos sino a un último intercambio de palabras entre el cuerpo técnico y los jugadores.  

El domingo recibió el segundo mazazo en menos de un mes. A las 23.50, el plantel abandonó el estadio en silencio y las horas posteriores estuvieron cargadas de incertidumbre, mientras los hinchas buscaban respuestas y elucubraban especulaciones sobre el futuro del equipo. 

La reunión comenzó a las 12 y se llevó a cabo en el gimnasio ubicado en ala principal del edificio del predio ubicado en Cebil Redondo. Los jugadores formaron una ronda y se dispusieron a escuchar a Flores, el primero en tomar la palabra.

El entrenador cordobés, que había asumido a fines del año pasado con la misión de devolver a San Martín a Primera División elogió a sus pupilos y tuvo palabras de gratitud y de orgullo para con ellos. 

“Nos expresó que estaba orgulloso de nosotros, que habíamos tenido un buen año y que siempre va a recordar el grupo humano que formamos”, resumió el mensaje uno de los presentes en el encuentro.

En medio de ese contexto, Flores les anunció a los futbolistas su decisión de dejar el club. Si bien todavía no había firmado la desvinculación, les anticipó que las negociaciones estaban en marcha y que iban a terminar de concretarse en las próximas horas.

“Quiso despedirse personalmente, agradecer a todos y cerrar esta etapa de la mejor manera posible”, agregó otro miembro del plantel. 

Uno de los momentos más emotivos de la reunión llegó cuando Darío Sand, capitán del equipo, tomó la palabra. Entre lágrimas, el arquero correntino expresó su gratitud hacia el cuerpo técnico y sus compañeros.

DE SALIDA. Gonzalo Klusener parte del complejo Foto de Antonio Ferroni/LA GACETA.

“Nos dijo que su sueño era ganar algo en su carrera, que era una deuda pendiente. También expresó su deseo de lograr el ascenso con este club, aunque esta vez no haya podido lograrlo”, relató otro testigo de la escena.

Las palabras de Sand resonaron entre todos los presentes dejando en claro el nivel de compromiso y el cariño que el grupo había desarrollado a lo largo del año.

Tras media hora de reunión, los jugadores comenzaron a despedirse. Algunos se acercaron a Flores y a su cuerpo técnico para tener el último contacto y terminar de despedirse mientras otros permanecieron en pequeños grupos en el playón del complejo, intentando encontrar respuestas a lo sucedido y mirando el horizonte cercano.

El primero en dejar el lugar fue el preparador físico Franco Narese, seguido por Juan Cuevas (quien ingresó y salió en reiteradas ocasiones del predio) y Nicolás “Chuny” Moreno.

Minutos después, Flores salió en su auto junto al preparador físico Rubén Rodríguez. “Todavía estamos en negociaciones. Ni bien se sepa algo, lo hablaré con la prensa”, afirmó de manera tajante, antes de retirarse, al ser abordado por LA GACETA.

Leonardo Monje, Axel Bordón, Ulises Vera, Alan Cisnero, Junior Arias, Franco Herrera y Gonzalo Klusener fueron saliendo a cuenta gotas, excusándose ante la requisitoria periodística y pidiendo un tiempo para poder terminar de procesar las sensaciones.

“No es el momento adecuado para hablar. La eliminación es muy reciente”, dijo uno de los futbolistas, que pidió comprensión. “Tal vez en unos días podamos charlar y analizar lo que pasó”, agregó.

EN SILENCIO. Axel Bordón posó gentilmente junto a Ulises Vera, pero ambos mantuvieron la postura silenciosa del plantel; los futbolistas no hablan desde el domingo. Foto de Antonio Ferroni/LA GACETA.

Un cierre de ciclo

La salida de Flores es inminente. En su paso por el “Santo”, el DT dirigió 44 partidos, con un saldo de 26 triunfos, 10 empates y sólo ocho derrotas. No obstante, a pesar de esos buenos números y de una campaña que quebró varios récords, y en la que obtuvo 81 puntos durante la fase regular, el equipo se vino abajo inexplicablemente.

En las últimas horas su llegada a Belgrano de Córdoba parecía cerrada. Sin embargo, el rechazo que los hinchas “piratas” expresaron en las redes parece haber cambiado un poco las cosas. “Hizo mucho ruido la manera en la que San Martín flaqueó en los momentos decisivos. Habrá que esperar, igual la CD está estudiando alternativas”, contó un periodista cordobés sobre la posible llegada de Flores a Alberdi.

Mientras tanto San Martín afrontará una etapa de transición en la que las decisiones que se tomen en los próximos días podrían ser cruciales para el rumbo del club. 

La reunión en el complejo “Natalio Mirkin” no sólo fue una despedida, también un momento de reflexión. En La Ciudadela son conscientes de que lo que pasó debe servir de enseñanza de cara a lo que viene. Los errores del ciclo Flores no pueden volver a repetirse.