Cada vez son más los ex futbolistas que se convierten en presidente de los clubes de sus amores. El último en sumarse a esta lista es Diego Milito, que el pasado fin de semana ganó las elecciones en Racing y se transformó en el nuevo mandamás de la “Academia”.

En la Liga Profesional, ya hay tres casos de ex jugadores al frente de sus clubes: Luis Fabián Artime en Belgrano, Juan Sebastián Verón en Estudiantes de La Plata y Juan Román Riquelme en Boca.

POLÉMICO. La gestión de Riquelme no pasa por un buen momento; hoy el ídolo divide las aguas en Boca.

“Luifa”, que tuvo cuatro ciclos con la camiseta “Celeste” entre 1992 y 2005, llegó a la presidente del conjunto cordobés en 2021, luego de vencer en las urnas a un histórico como Armando Pérez por 5.004 votos a 3.110; y bajo su mandato, el “Pirata” cordobés logró jugar nuevamente en la máxima categoría del fútbol argentino.

La “Brujita” Verón puso fin a su carrera profesional en 2014 con los colores del “Pincha” y cinco meses después, más precisamente el 9 de octubre de ese año, se convirtió en presidente del club con el 75% de los votos contra el 25% que había conseguido la lista opositora. A fines de 2016 decidió ponerse nuevamente los botines y firmó un contrato por 18 meses, por lo que durante ese período cumplió la función de futbolista y presidente, ya que en 2017 fue reelecto al frente del club platense (además estuvo en un periodo como vicepresidente de Martín Gorostegui).

Riquelme, el máximo ídolo del “Xeneize”, decidió irrumpir en el mundo político del club el 20 de noviembre al anunciar su candidatura como vicepresidente segundo de la lista que encabezaba el opositor Jorge Amor Ameal. El 9 de diciembre, su lista ganó las elecciones con un 53 % de votos a favor, por encima del 30 % del oficialismo, en una elección que tuvo la cifra récord del fútbol argentino de 40.000 participantes. Al asumir se hizo cargo del fútbol y conformó un Consejo del Fútbol compuesto por los ex jugadores Mauricio Serna, Jorge Bermúdez, Raúl Cascini y Marcelo Delgado.

Milito fue elegido titular de la “Academia” con más del 60% de los votos de los 17.090 socios que sufragaron para ponerle fin al ciclo de Víctor Blanco como presidente después de 11 años. El ex delantero vuelve al club de sus amores, donde ya triunfó como futbolista y como mánager. “Lo que vivimos será inolvidable. Somos el club con la tercera elección más grande de la historia del fútbol argentino. Esto nos llena de orgullo, pero también de responsabilidad”, dijo el ex delantero.

La moda de los ídolos que deciden volcarse al ámbito dirigencial parece estar cada vez más fuerte. En el caso de Verón y de Milito, ambos jugaron en el fútbol europeo, se formaron como dirigentes en otra escuela y parecen ver con buenos ojos la llegada de las SAD (Sociedades Anónimas Deportivas) al fútbol criollo. Riquelme, por lo tanto, está en la vereda de enfrente y defiende fervientemente la gestión de Claudio Tapia.

Antes en River, Daniel Passarella fue futbolista, entrenador y presidente. El ex marcador central de la Selección, uno de los grandes ídolos de la “Banda” con la que logró siete títulos como jugador y otros tres como DT, asumió en 2009 como la máxima autoridad del club de Núñez, en donde estuvo hasta 2013. La crisis económica y el descenso a la B Nacional de River hicieron que la historia del campeón del mundo en su club no terminara de la mejor manera.

Carlos Babington, símbolo de Huracán, fue presidente del “Globo” desde mediados de 2006 hasta 2011. Tuvo que renunciar un año antes de que terminara su gestión, poco antes de que se consumara el cuarto descenso del club.

En Europa, varios futbolistas marcaron el rumbo años atrás

A nivel internacional hay muchos ejemplos de futbolistas que fueron ídolos y que llegaron a la presidencia del club, pero sin lugar a dudas que los emblemáticos son Santiago Bernabéu en Real Madrid, Joan Gamper en Barcelona y Franz Beckenbauer en Bayern Múnich.

Los casos tucumanos de ídolos que saltaron a la presidencia

En Tucumán, actualmente Daniel Díaz se encuentra al frente de Villa de Mitre de Tafí Viejo y Fernando Aguilar está al mando de Famaillá.

“Lo que me llevó a postularme como candidato a presidente fue el sentido de pertenencia y el amor por el club. Quería devolverle un poco de lo que la institución hizo por mí y por muchos chicos; brindándonos contención y un lugar para hacer amigos”, dijo Díaz, que en su época de futbolista se desempeñaba como delantero. Desde hace 12 años es el presidente del club de Tafí Viejo, donde llegó como reemplazo de Hugo Ruiz, otro ex jugador que había vestido la camiseta número “5” de Villa Mitre.

“Jugué hasta 2022 y ese año ya comencé a colaborar con la dirigencia. Prácticamente yo estaba a cargo del fútbol. En 2023 decidí dejar de jugar y dedicarme de lleno a la parte dirigencial. Por suerte, en mi presidencia el club pudo volver a jugar en la categoría principal del fútbol tucumano”, dijo Aguilar.

EN LO MÁS ALTO. Enrique Chamorro fue campeón en Sportivo Guzmán como jugador, entrenador y presidente.

Enrique Chamorro, ídolo de Sportivo Guzmán, estuvo al frente del club de Villa 9 de Julio hasta mediados de este año. “Desde que tengo memoria voy a la cancha. Cuando era chico lo hacía de la mano de mi padre, que fue tesorero en la presidencia de don Humberto Rizza. Mi padre fue prácticamente el que hizo la tribuna llamada ‘Serrucho’, donando el 70% de los materiales. Él fue el que me inculco ese amor que siento por Sportivo. Fue el legado más lindo que me dejó”, contó el ex delantero.

“Tuve la suerte de debutar a los 15 años en Primera y salí campeón como jugador, como técnico y como presidente. Me siento un privilegiado de ser parte de la historia de este club. Actualmente sigo trabajando a pleno para el club, ayudando a la actual comisión directiva. Y así lo haré hasta el último día de mi vida, porque el amor que siento por el ‘Juliano’ no se puede explicar con palabras. Sportivo es mi lugar en el mundo; es mi casa”, resaltó Chamorro.

El sentido de pertenencia, la ilusión de poder llevar a su club a lo más alto aparecen como combustible para que cada vez más futbolistas decidan volcarse a la clase dirigencial del fútbol. Más allá de que hay buenos y malos modelos de gestiones, el amor por los colores parece estar por encima de todas las cosas.