Un ataque ruso contra la ciudad de Kiev (Ucrania) este viernes causó daños materiales “relativamente leves” en las embajadas de varios países, como Portugal, Argentina, Albania y Montenegro, según informó el canciller portugués, Paulo Rangel.

“No hay víctimas y todo está todo bajo control”, le dijeron fuentes diplomáticas a TN.

Rangel, además, anunció que presentarán una protesta formal al Kremlin. A su vez, en dialogó con periodistas, aseguró que no hubo heridos.

Por su parte, el diplomático también expresó: “Esto es altamente condenable. Cualquier ataque de Rusia a Ucrania y a la ciudad de Kiev merece nuestra más fuerte condena, pero es absolutamente inaceptable que pueda haber ataques que tengan impacto o afecten a instalaciones diplomáticas”.

Ataque odioso

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, denunció un “ataque odioso”. “Otro ataque atroz contra Kiev. Esta vez contra un edificio que alberga la embajada portuguesa y otros servicios diplomáticos”, dijo Von der Leyen en X.

Por su parte el gobierno portugués condenó “vehementemente” los ataques y convocó al encargado de negocios ruso en Portugal.

Rangel dijo a los medios que varias misiones diplomáticas están instaladas “en el mismo edificio” golpeado por la explosión.

Más temprano en otro ataque ruso con misiles balísticos sobre Kiev en la madrugada, se registró al menos un muerto y 12 heridos, según funcionarios. Moscú afirmó que la operación respondía a un ataque ucraniano en territorio ruso con armamento fabricado en Estados Unidos.

La versión de Rusia

El Ministerio de Defensa de Rusia indicó que el ataque respondía a uno con misiles lanzado por las fuerzas ucranianas hace dos días en la región fronteriza de Rostov. En ese operativo se emplearon seis proyectiles del Sistema Táctico de Misiles del Ejército estadounidense, conocidos como ATACMS, y cuatro Storm Shadow lanzados desde el aire y proporcionados por el Reino Unido, informó.

Ese día, Ucrania afirmó haber atacado una refinería de petróleo en Rostov como parte de su campaña para golpear la infraestructura rusa que apoya el esfuerzo bélico del país.

El uso de armas suministradas por Occidente para ataques en suelo ruso ha enfurecido al Kremlin. Ucrania disparó varios misiles de largo alcance entregados por Estados Unidos en Rusia por primera vez el 19 de noviembre, después de que Washington alivió las restricciones sobre su uso.

Esto llevó a Moscú a utilizar un nuevo misil hipersónico, llamado Oreshnik, por primera vez. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, sugirió que el misil podría usarse para atacar edificios gubernamentales en Kiev, aunque no ha habido informes de que se haya vuelto a emplear.

En respuesta al operativo ucraniano del miércoles en Rostov, el ministerio ruso explicó que llevó a cabo un ataque grupal con "armas de largo alcance de alta precisión" sobre el centro de mando de la agencia de inteligencia militar de Ucrania y otra ubicación donde, según indicó, se diseñan y producen los sistemas de misiles ucraniano Neptuno.

El ataque también tuvo como objetivo los sistemas de misiles de crucero terrestres ucranianos y los sistemas de defensa antiaérea Patriot, fabricados en Estados Unidos. agregó. "Los objetivos del ataque han sido alcanzados. Todos los objetos han sido impactados", afirmó el Ministerio de Defensa en Telegram.