Las negociaciones entre Israel y Hamas avanzan hacia un acuerdo de tregua que incluiría la liberación de rehenes israelíes y el cese de hostilidades en la Franja de Gaza. Los mediadores, liderados por Qatar, Egipto y Estados Unidos, trabajan contrarreloj para lograr un pacto antes del 20 de enero, día en que Donald Trump asumirá la presidencia de Estados Unidos.

Las conversaciones, que se llevan a cabo en Doha, Qatar, han logrado “minimizar muchos de los desacuerdos entre ambas partes”, según Majed al-Ansari, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores qatarí. “Estamos en las etapas finales, pero hasta que no tengamos un anuncio, no habrá ningún anuncio”, agregó.

El acuerdo, según fuentes diplomáticas, incluiría la liberación de 33 rehenes israelíes (no precisaron cuántos permanecen con vida y de cuáles se podrá recuperar los cuerpos) a cambio de la excarcelación de 1.000 prisioneros palestinos. También se contempla un aumento en la ayuda humanitaria y el regreso de un millón de desplazados internos al norte de Gaza, devastado por los bombardeos israelíes.

El conflicto comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando Hamas llevó a cabo un ataque transfronterizo en el sur de Israel que dejó 1.200 muertos y 251 rehenes. En respuesta, Israel lanzó una campaña militar en Gaza que ha resultado en más de 46.500 muertos, según el Ministerio de Salud del enclave palestino, controlado por Hamas.

Más de 1,9 millones de personas han sido desplazadas internamente en Gaza, lo que representa el 90% de la población. Israel ha afirmado que su objetivo es destruir las capacidades gubernamentales y militares de Hamas.

Las negociaciones cuentan con el apoyo de altos funcionarios de Estados Unidos, incluidos William J. Burns, director de la CIA, y Brett McGurk, asesor de la Casa Blanca. Steve Witkoff, enviado especial de Trump para Oriente Medio, también ha participado en reuniones en Qatar e Israel.

El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, destacó la importancia de estas negociaciones para garantizar la estabilidad de la región. “Es esencial que las partes involucradas forjen una nueva realidad en Gaza, donde podamos asegurar la ayuda humanitaria, el regreso de los desplazados y la estabilidad a largo plazo”, expresó en una conferencia en Washington

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, enfrenta presión interna para recuperar a los rehenes. Las familias de los secuestrados exigen un acuerdo inmediato, mientras que algunos miembros de su coalición insisten en continuar la guerra hasta derrotar a Hamas.

“Netanyahu no podía tolerar más la presión interna y externa, especialmente la de Trump”, declaró Mustafa Barghouti en declaraciones a la BBC.

El pacto cuenta con etapas posteriores. En la segunda fase, Israel se comprometería a retirar sus tropas de Gaza y liberar a 150 prisioneros palestinos condenados por atentados graves, quienes serían deportados a otros países.

Donald Trump, por su parte, ha advertido: “Será un gran desastre” si los rehenes no son liberados antes de su asunción.

Aunque ambas partes parecen estar más cerca de un acuerdo que nunca, los mediadores advierten sobre posibles retrocesos. “Podrían perderse en los detalles y dejar pasar esta oportunidad”, señaló un corresponsal diplomático.

“Este podría ser el regalo de Netanyahu para el nuevo presidente de Estados Unidos”, opinó Oliver McTernan, director de la organización Forward Thinking.